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#PerspectivaLatina Chile avanza hacia una nueva constitución

Con notorio protagonismo de los candidatos independientes, se eligió a los constituyentes entre los que hay paridad de género y participación de representantes de los pueblos originarios


Foto: José Pereira.

Con una participación del 41% del electorado, durante el fin de semana del 15 y 16 de mayo, el pueblo chileno eligió a los 155 integrantes de la Convención que tendrá como fin redactar una nueva Constitución de la República. Esta Convención se creó como consecuencia de la victoria del Apruebo en el plebiscito nacional de octubre de 2020. Los comicios fueron denominados como mega elección por los 2.768 cargos que se disputaron además de los constituyentes: 345 alcaldes, 2.252 concejales municipales y 16 gobernadores regionales.


La coalición de derecha Chile Vamos consiguió 37 escaños, la coalición de izquierda Apruebo Dignidad 28, los independientes de la Lista del Pueblo 26, la coalición de centroizquierda Lista del Apruebo 25, los representantes de los pueblos originarios 17, los Independientes por una Nueva Constitución 11 y otros 11 que fueron electos por listas independientes a nivel nacional.


Para desglosar los resultados y entender la lógica detrás de la situación política y social de Chile, Portainfo se comunicó con Eduardo Ocampo Castillo, Licenciado en Ciencias Políticas y Administrativas, magíster en Ciencias Sociales; y con Eduardo Arriagada, docente de Comunicaciones e integrante del Laboratorio de investigación y análisis de redes sociales en la Pontificia Universidad Católica de Chile, previamente periodista político en medios nacionales e internacionales.


Expectativa vs realidad


"Los estudios serios referidos a la intención de voto marcaban un 20% para la derecha conservadora, un 25% para la izquierda y el 55% restante para el centro, viendo los resultdos está claro que quienes se autodefinen de centro se movieron mas a la izquierda”, explicó Arriagada y contrastó: “Se demostró que la adhesión en una encuesta no significa un voto, sobre todo en algunos candidatos y candidatas con mucha exposición mediática, que tenían grupos de fans que no votan”. “Quedó claro que el voto chileno no es una broma, tiene argumentos y es serio”, concluyó.


El periodista sostuvo que el sufragio de las constituyentes “fue más de protesta y no tanto de adhesión. Hubo un gran porcentaje de votación en contra de los partidos políticos que gobernaron en los últimos 30 años, fue como decirles ‘con ustedes ni a misa’, porque hay un hastío muy grande”.


Para Ocampo, hay dos hipótesis que explicarían los resultados si se tiene en cuenta la baja participación; una es que “hubo un recambio de votantes” respecto a elecciones anteriores, “sectores que salen y otros que ingresan”. La otra posibilidad es que “se haya provocado una migración desde los partidos de derecha y la centroizquierda de la gobernabilidad neoliberal”, hacia representaciones políticas “de cambio y hacia esta izquierda que se presenta con autonomía política, la izquierda que busca superar el neoliberalismo” con el Partido Comunista (PC) y el Frente Amplio (FA) como principales referentes, reflexionó el magíster en Ciencias Sociales.


Uno de los temores que había en la militancia de izquierda en aquella noche era justamente el de la baja participación, en comparación al plebiscito constitucional, ya que, en teoría, eso hubiese hecho que se mantuviera “estable la votación de los grupos políticos más tradicionales -de la derecha y la ex Concertación Democrática-”, añadió Ocampo. Pero eso no sucedió y salieron fortalecidos los sectores independientes y el Apruebo Dignidad.


Las intenciones previas de Chile Vamos, según Arriagada, “era llegar al 30% de los votos para que no los dejen afuera de las deliberaciones, lo que muchos denominaron ‘veto’, que en realidad es que te tengan en cuenta en la negociación o que para decidir algo sí o sí tengan que dialogar con tu sector. Personalmente, jamás pensé que bajarían del 35 o 40% de los votos y obtuvieron 20%”.


“El pacto Apruebo Dignidad, que nuclea al PC y al FA - integrado por los movimientos que surgieron en las protestas del 2011-, fue la minoría más grande (18%). Luego la lista del Pueblo, con posturas más radicales aún, con más de 900.000 votos (16%)”, apuntó el periodista, sobre la votación de la izquierda y de los independientes.


La Lista del Pueblo, se define según su web como: “el Pueblo, somos quienes hemos luchado toda la historia por obtener dignidad y justicia. Somos quienes hemos vivido y crecido en la inequidad y la desigualdad, somos quienes nos levantamos un 18 de Octubre para decir basta”. La mayoría de sus votos corresponden a las personas que estuvieron en las protestas de octubre de 2019.


Sus candidatos eran algunos de los que conformaron la primera línea, “fueron legitimados en la protesta, por ejemplo, un chico con cáncer que reclamaba que el sistema público de salud no lo había atendido de manera digna u otros candidatos que eran personas reconocidas por sus disfraces en las protestas, de Pikachu - Giovanna Grandón, más conocida como “tía Pikachu”-, de Spiderman o de dinosaurio y fueron filmadas e impactaron por su viralidad en las redes sociales”, explicó Arriagada.


“Ese grupo de personas no tenía posturas políticas vinculadas a los partidos políticos tradicionales, ni militancia o ideología, pero sí una clara enemistad con el presidente Piñera. La gente votó por eso y dejaron una señal muy dura para el sistema político: ‘Se acabó el tiempo de ustedes, cuando votamos el plebiscito lo demostramos, ahora queremos gente normal, que no se cambie la polera en cada elección’”, destacó el periodista.


Según Ocampo, los resultados “pueden ser interpretados como un proceso histórico”, debido a que “pareciera ser que la revuelta popular de octubre del 2019, encuentra vehículos de representación política”. Se consolidan como expresión electoral “diversos referentes que buscan transformaciones profundas, de superación del orden neoliberal y de la democracia de baja intensidad”, heredada “de la dictadura”, agregó.


Por lo tanto, hay “un sujeto popular que se expresa con autonomía política y el destacado resultado obtenido por listas independientes” y “particularmente las de izquierda”, dado que la legislación electoral chilena permitió que personas sin patrocinio partidario pudieran competir en la medida que reunieran cierta cantidad de firmas.


Participación voluntaria


“El voto voluntario nos ha hecho un daño tremendo, porque anteriormente la obligación del voto no era fiscalizada de una forma muy estricta. Desde el año 1997 mermó paulatinamente la participación, en la práctica votaba un 70% de los chilenos y desde la reforma de 2012 bajamos a la mitad. El drama que tenemos es que nadie sabe qué piensa esa gente que no vota. En esta ocasión los que no votaron fueron los mayores, por temas sanitarios de la pandemia”, problematizó Arriagada.


Para Ocampo, “por supuesto que es un desafío combatir la abstención electoral, porque eso da cuenta de un síntoma más amplio que los resultados mismos y tiene que ver con el agotamiento del sistema de partidos y un modelo de democracia de bajísima intensidad”. “A pesar de los muy buenos resultados para los sectores de cambio, ese agotamiento se sigue evidenciando” porque más de la mitad de la población no concurre a dichos procesos, argumentó.

Pero cree que la disyuntiva entre voto obligatorio y voluntario “no es lo fundamental”, porque el voto es la expresión “de algo más”, aseguró el Licenciado en Ciencias Políticas y Administrativas. “El voto debe ser una de las formas de materializar el compromiso político”, opinó. A su parecer “este proceso constituyente y de cambio político en ciernes” debe construir “un sistema político democrático, en el cual la sociedad se sienta convocada a participar”, sentenció.


Representación femenina


Para Ocampo, debe considerarse “el empuje de los feminismos”. Y destacó que una “conquista político- institucional de las mujeres organizadas en Chile” fue que las elecciones de constituyentes garantizaran una “paridad de salida”. Es decir, “no solo una paridad para construir las listas, sino que una paridad de resultados”, para asegurar “un organismo constitucional que tuviera participación paritaria de ambos géneros”, explicó.


Pero los resultados de las mujeres “fueron tan espectaculares” que, al corregir según género, se dio la incorporación de más hombres. Finalmente, la Convención constitucional está integrada por 78 hombres y 77 mujeres, pero, según analizó el Centro de Investigación Periodística (Ciper) chileno, si no se aplicaba la regulación paritaria las representantes electas hubiesen sido 84 mujeres y 71 hombres.


Para el magíster en Ciencias Sociales, esto ayuda a garantizar la participación política, pero también tiene que ver con la reivindicación por “una vida libre de violencia, con consagrar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, y una educación no sexista que no condene a las niñas a ciertos roles”, entre otras cosas.


El proceso


En la Convención constituyente de 155 personas se pueden identificar cinco grupos: “uno fuerte de derecha, uno de izquierda dura (PC, FA), la izquierda tradicional chilena (centro izquierda), los independientes y los representantes de los pueblos originarios. Creo que se van a meter en su guarida y empezar a dialogar”, resumió el docente y vaticinó que Chile pasará “a tener un sistema mucho menos presidencialista y más parlamentario, con muchos mini partidos”.


El proceso de redacción de la nueva Constitución tiene un plazo definido, puesto que “tienen que entregarla en un año o volvemos a la anterior. Conozco a varios integrantes y son personas muy inteligentes que seguramente lleguen a un acuerdo distinto al esperado por la derecha”, reconoció el periodista, que cree que “de todo esto resultará en un país con un tinte mucho más social, como no lo es desde antes de la dictadura”. “Antes la gente quería oportunidades para prosperar y ahora eso no basta, quieren que todos tengan dignidad”, sentenció el docente.


Los constituyentes tendrán nueve meses para presentar un nuevo texto constitucional, este plazo puede ser ampliado por tres meses más en una sola oportunidad. De esta manera, a mediados de 2022, el país vivirá un nuevo Plebiscito de salida para aprobar o rechazar la nueva Constitución.


Relación con la policía y las Fuerzas Armadas


“La derecha en el gobierno y el Estado profundo, que es más amplio que el gobierno, asumieron una política frente a las protestas de octubre de 2019” que se asemeja a la Doctrina de Seguridad Nacional. Es decir, que los “cuerpos armados siguen considerando a quienes se manifiestan” para promover cambios “como enemigos que merecen ser castigados”, describió Ocampo.


Según el magíster en Ciencias Sociales actualmente “hay más 500 personas, en su mayoría jóvenes” que están en la cárcel “por haber participado de las manifestaciones” de 2019. Ya sea porque están en prisión preventiva “producto de las fiscalías movilizadas para encarcelar a luchadoras y luchadores”, o por “condenas abultadas y arbitrarias”. Entiende que es importante “lograr la liberación de las y los presos políticos”, ya que sería una señal de modificaciones en ese sentido.


Ocampo mencionó el ejemplo de un joven de Puerto Montt condenado a más de siete años de prisión efectiva, por la “supuesta participación en un incendio”. Pero según dijo “no hay evidencias” de eso y solo se pudo comprobar “su participación en la destrucción de una banca extraída del interior de una iglesia”.


Ese tipo de condenas se suma a los “cientos de casos de traumas oculares- lo que se conoce como pérdida de ojos-”, y los casos de violencia sexual cometidos por “policías o militares a manifestantes”. Y agregó que “para que el proceso de cambio en Chile sea sustentable en el tiempo”, los cuerpos armados deben ser intervenidos. Explicó que estos “están muy politizados”, por lo que “está presente el riesgo de una acción fáctica antidemocrática”.


A futuro: Elecciones primarias presidenciales


En el cierre de inscripción para las elecciones primarias presidenciales a disputarse el 18 de julio, hubo conflicto y desacuerdos entre algunos sectores. Se enredaron las negociaciones de la izquierda después de una gran votación y para la derecha se aclararon algunas cosas luego de una mala votación. El panorama se vuelve a mover.


Con las inscripciones ocurridas el 19 de mayo, habrá dos primarias legales: una entre el FA y el PC, y otra en Chile Vamos. Los candidatos dentro de la coalición Apruebo Dignidad serán Daniel Jadue (PC) y Gabriel Boric (Convergencia Social – FA). Dentro de Chile Vamos, rumbo a las elecciones primarias quedaron: Mario Desbordes, candidato de Renovación Nacional, Ignacio Briones, candidato de Evolución Política, Joaquín Lavín, candidato de la Unión Demócrata Independiente y Sebastián Sichel, precandidato independiente.


“El PC no dejó que la candidata socialista (Paula Narváez) entrara a las primarias porque tenían miedo de que los derrotara. Entonces van a definir un solo candidato de izquierda dura y nadie que represente a la centroizquierda”, alertó el periodista, que ve posible que aparezcan una o dos candidatas de centroizquierda luego de las primarias.


“A la derecha le vino muy bien este golpe, porque es mejor ahora que en noviembre. Está abierta la cancha presidencial, pero no la parlamentaria, ya que tendremos un parlamento de centro izquierda”, puesto que “eso es lo que quiere Chile ahora”, auguró Arriagada.


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