Hace 13 días consecutivos que la población colombiana se manifiesta en distintos puntos del país. Las protestas, constantemente reprimidas por las fuerzas policiales, dejan un saldo de 47 fallecidos según la ONG Temblores y 29 según fuentes oficiales, además de la desaparición de más de 370 personas, según Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas.
Según el informe presentado por la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Colombia, en colaboración con 26 organizaciones de derechos humanos, desde el 28 de abril han desaparecido 471 personas en el marco de las protestas contra el gobierno. De las personas que integran el reporte, 379 continúan desaparecidas. La Organización de Naciones Unidas, la Unión Europea, Amnistía Internacional, Human Rights Watch y el gobierno de Estados Unidos, entre otros, condenaron el accionar de la policía durante las manifestaciones.
El gobierno colombiano presentó una reforma tributaria con el objetivo de sanear las cuentas del país, establecer una renta básica y formar un fondo de preservación ecológico. Sin embargo, la reforma planteada generó descontento porque implicaba la suba del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los servicios básicos como por ejemplo luz, agua, gas y funerarias, y otros productos de consumo básico. Además, establecía la exoneración del IVA a productores de distintos rubros, lo que eventualmente aumentaría el costo de producción y luego el precio de venta de sus mercaderías.
Las protestas que se llevaron a cabo por la ciudadanía hicieron que el presidente, Iván Duque, retirara la reforma y que renunciara el ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla, su autor intelectual. En su lugar asumió el ex ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo.
¿Por qué continúan las manifestaciones?
Laura Gil, politóloga uruguaya radicada en Colombia desde 1994, aseguró a Portainfo que “claramente hay una línea conductora entre las manifestaciones de noviembre de 2019 y las actuales”. En aquel momento “marcharon millones de colombianos en cada pueblito alejado”. Es una movilización que tradicionalmente realizan los sindicatos cada año y “no implica el despliegue de tanta gente” ya que el país “no tiene un gran porcentaje de afiliación sindical y suelen salir a la calle únicamente los afiliados”, dijo.
Según la politóloga, “lo que sucedió en ese momento es que se desbordó” el temple de los colombianos, puesto que cada ciudadano marchaba por su propia causa, “no porque fueran convocados por los lemas del sindicato”. Esta frustración “parecía traducirse como en Chile en manifestaciones periódicas pero llegaron las fiestas y luego la pandemia”, lo que causó que cesaran.
Para Felipe Rojas Azula, periodista colombiano y docente en la Universidad Sergio Arboleda, la explicación del conflicto actual reside en “una serie de desigualdades que se ha mantenido año tras año, período presidencial tras período presidencial”. Lo que ha “incrementado el inconformismo y el odio hacia la clase política dirigente; sumado a que no hay una política de Estado que busque mejorar el acceso a la educación, a la salud o la vivienda de la clase baja o media-baja”.
En la opinión de Gil “estas manifestaciones no son por la reforma tributaria”, ya que el gobierno anunció que la retiraría y la gente sigue en las calles. Rojas Azula agregó que la reforma tributaria “logró rebosar la copa de todo lo que han aguantado los colombianos en más de 30 años de gobiernos malos, ya no quieren saber de la clase tradicional política, no quieren hablar de los políticos viejos”.
El periodista dijo que hoy la protesta la lideran los jóvenes de 18 a 26 años que quieren que se hagan las cosas bien independientemente del partido al que pertenezcan. Del mismo modo resumió las intenciones del sector joven:“Primero, que la policía no reprima en las manifestaciones, segundo que el presidente se reúna con el Comité de Paro y tercero que las reformas que tiene previsto hacer, se hagan en pro de los más vulnerables de la sociedad”.
Civiles y policías
Hoy se cumplen 13 días “de paro continuo, de marcha, de protestas y de enfrentamientos
con la policía y con el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad)”, resumió Rojas Azula. El periodista aclaró que no en todas las manifestaciones hubo disturbios, sino que se dispusieron “un montón de formas de protesta cultural pacífica con bailes, intervenciones en murales y folklore en las calles, por ejemplo, en Cali con la salsa y en la costa con la cumbia”.
Por otro lado, el Esmad y la policía con su respuesta muestran otra realidad. “Colombia es una tierra de nadie, no hay ley aquí, sale un encapuchado o una persona marchando y rompe todos los vidrios y nadie le puede decir nada. Un policía dispara a todas partes y tampoco se puede decir nada. Estamos en una situación donde cualquier episodio, bien sea por parte de los protestantes o de la policía, se magnifica y eso puede estallar - esperemos que no- en una cosa peor”, lamentó el periodista.
En una noche en Cali, según expresó Rojas Azula, el saldo fue de 23 muertos a causa de armas de fuego por parte de la policía. Mientras en Bogotá no hubo muertos por las protestas, “sí hubo 130 policías con lesiones, 110 civiles heridos y 15 personas que perdieron los ojos”. “Porque ahora la policía ya no dispara armas de fuego, pero con balas de goma apuntan a la cabeza de los protestantes”, deploró.
La represión policial ha escalado y se ha diversificado con el correr de los días, por ejemplo, “en Cali un carro lleno de personas con armas y vestidas de civil disparó en una zona donde todo el mundo estaba marchando; luego resultaron ser miembros de la policía disfrazados”, explicó el periodista. “Estas cosas se presentan en un Estado aparentemente democrático donde todos tienen las garantías para manifestarse”, denunció.
En contexto de períodos electorales anteriores, “la campaña del miedo al ‘castrochavismo’- término inventado por el ex presidente, Álvaro Uribe, que resume el miedo a volvernos Venezuela- fue responsable de las victoria del ‘No’ en el plebiscito de 2016 por los acuerdos de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, y de la victoria de Duque en las elecciones de 2018”, recordó Rojas Azula. “Si nos parecemos a Venezuela, será por culpa del gobierno, precisamente. Porque la fuerza pública está matando a los ciudadanos y el gobierno colombiano no hace nada por controlar los asesinatos a los líderes sociales”, contrastó.
Además, el fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa Delgado, “es uno de los mejores amigos personales” del presidente, según contó Gil. Aunque eso no quiere decir que los “jueces no sean independientes”, la fiscalía que “es el ente acusatorio, no lo es” y “si tú no acusas no puedes llegar ante un juez”, explicó.
Salida
“Como dijo el senador opositor Gustavo Petro, ‘esta protesta hoy no tiene a nadie en cabeza, todos son líderes pero no hay uno que hable por todos’. Es complejo que el presidente vaya a hablar con 300 jóvenes que ya están cansados. Va a ser muy difícil que el gobierno llegue a una concertación”, vaticinó el periodista.
La situación actual es compleja ya que los manifestantes han realizado bloqueos de ruta y diversos grupos que aprovecharon la situación protagonizaron numerosos actos de vandalismo y saqueos a distintos comercios lo que causó que haya, según Rojas Azula, “desabastecimiento total en Cali”. Esto provocó que varios productores y funcionarios del transporte inicien nuevos conflictos con quienes se manifiestan, ya que la mercadería que trasladan se está echando a perder.
Actualmente el periodista no conoce ninguna medida gubernamental para destrabar esta situación o para incentivar la reactivación económica. “El presidente Duque hoy en día está más pendiente de un programa de televisión que de trabajar por el país”, condenó, en alusión a la cadena nacional televisiva que condujo desde el inicio de la pandemia en la que informa “qué ha hecho en el día para ayudar en la gestión de la pandemia”.
Otra vía para la resolución del conflicto podría llegar desde el Comité Nacional de Paro, que nuclea a distintas agremiaciones - aunque no a todas- que participan de las manifestaciones. El comité ha buscado el diálogo con distintos actores y organizaciones pero aguardan por el encuentro con presidencia que tendrá lugar hoy. En esa instancia tienen como objetivo acordar medidas de carácter sanitario, económico, educativo, legal y de género e inclusión.
Elecciones de 2022
Las próximas elecciones legislativas serán en marzo de 2022 y el 29 de mayo de ese año tendrán lugar las presidenciales. “Estos conflictos se ubican en el inicio de la militancia para esas citas electorales”, comentó Gil.
Al sistema político colombiano lo componen tres bloques: uno de derecha y extrema derecha; otro de izquierda y extrema izquierda; y uno de centro. En las elecciones pasadas el bloque de derecha se impuso al “recoger suficientes votantes de centro”, expresó la politóloga. “El uribismo se sienta sobre las mismas bases electorales que [Donald] Trump en Estados Unidos, con un núcleo de apoyo del 30% del electorado” y “aún así logra ganar” al usar una “campaña del miedo”, comparó.
Destacó que “se ha hablado mucho de las posibilidades de una unión que permita derrotar a la derecha” entre los partidos de izquierda y de centro, aunque no se sabe si “se va a lograr”. Lo ideal “sería montar algo como la Concertación Democrática en Chile”, proyectó Gil.
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