María Eugenia y Sebastián son dos jóvenes uruguayos que pedalean desde hace varios años, por distintas rutas y caminos nacionales e internacionales
Por Eliana Vila
Comenzaron a recorrer Uruguay en bicicleta, fueron a Minas, a Arequita y Villa Serrana. También pedalearon hasta Florida e hicieron algunos destinos cortos dentro de Montevideo.
Con la intención de sumar más kilómetros en bicicleta, aprovecharon la oportunidad de recorrer Estados Unidos. “Seba es arquitecto, estaba finalizando su viaje de arquitectura y tenía pasajes a Miami. Entonces arrancamos desde ahí un viaje que no sabíamos mucho como iba a ser”, contó María Eugenia.
Si bien en un principio tenían la idea de ir hacia el norte y llegar a Canadá, los planes cambiaron ya que en ese momento era invierno y la nieve se volvía una complicación. Fue así que emprendieron su viaje hacia México. María Eugenia dijo durante el viaje decidieron volver a Montevideo en bicicleta, volaron hacia Colombia y desde allí transitaron por las calles de Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina hasta llegar a Uruguay. “Fue todo pedaleado menos el vuelo desde México a Colombia, más o menos en un año o un año y medio. Una experiencia increíble”, aseguró María Eugenia.
No fue de un día para otro que ellos decidieron hacer de la pedaleada su día a día. “Nos fuimos dando cuenta que eso era lo que nos gustaba, que nos daba placer hacerlo”, explicó María Eugenia y dijo, además, que les gusta la idea de lo imprevisible de cada día, como acampar y dormir todos los días en lugares diferentes, tener que cocinar y también “estar a la merced de cosas cotidianas como el clima”.
El tiempo que permanecen en cada destino varía mucho, ya que depende de si el lugar tiene actividades para realizar, o si tienen quién los reciba. Generalmente se quedan unos días o una semana, pero si encuentran un lugar para descansar, se quedan más días de lo habitual. Mientras están en viaje, paran en la noche para dormir y continúan el trayecto a su destino.
La ciclista contó que cuando llegan a un destino buscan actividades para realizar o hacer visitas. “Cuando llegamos a las ciudades tratamos de conocer el lugar y pasear. A veces lo que tienen las ciudades para nosotros que viajamos con un presupuesto bastante apretado, es que para hacer actividades tenés que tener dinero, entonces le escapamos un poco a eso. Pero igualmente nos gusta visitarlas, recorrerlas, pedalearlas o caminarlas”, afirmó. Además, tratan de visitar museos y buscar e informarse sobre actividades gratuitas.
Los lugares que visitan son diversos y por lo tanto de todos destacan algo que les transmite algo. De algunos destacan los paisajes y caminos, mientras que de otros los cautiva la gente que habita el lugar. “Nosotros decimos que nos gustó mucho pedalear México. Los paisajes son absolutamente increíbles, tenés desde montañas hasta praderas, cenotes y el caribe. Además, la gente es super hospitalaria, hicimos muchos amigos por allá”, contó.
Además de sus paisajes, destaca México como destino, ya que en algún punto al ser el primer país de habla hispana que visitaron, pudieron conectarse más con las personas. “Veníamos de Estados Unidos que a pesar de que hablamos un poco inglés hay barreras culturales que hace que llegues a la gente, pero no de la misma manera que cuando hablas el mismo idioma”, aseguró María Eugenia. Agregó que al llegar a México fue como una “explosión de felicidad el hablar el mismo idioma”, sin embargo, fueron muchos los destinos que les gustaron. “Ecuador es hermoso para pedalear, en Colombia la gente es increíble, y Perú por sus repechos”.
El día a día en los caminos
En cuanto a los destinos, no han repetido ninguno, sí han pasado por lugares por los que ya habían transitado. Los lugares que quieren visitar y las rutas y caminos por los que quieren transitar los definen en base a sus intereses, y a aquellos lugares que les queda por conocer. “Ahora estamos yendo hacia el Cerro Catedral, y tratamos de buscar rutas alternas, no pavimentadas. Estamos haciendo unos caminos rurales que nos llevan hasta ahí”, dijo la cicloviajera.
En los recorridos tratan de buscar otros caminos para conocer más, además por los paisajes que encuentran allí. Después del Cerro Catedral, la idea es ir hacia el litoral y visitar algunos lugares que tienen pendientes como Montes del Queguay. Para llegar allí podrían ir por Ruta 3, pero como ya la conocen buscan caminos alternativos que los lleven a su destino.
En el plano internacional, los recorridos muchas veces se eligen según las distancias que pueden cubrir, condicionados en parte por la Visa de tres meses. “Si podemos hacer unos 3mil kilómetros, buscamos qué nos gustaría ver o recorrer. Vamos trazando rutas y direcciones, y en el día a día eso puede cambiar, porque vamos conociendo gente y nos van orientando también, por dónde es mejor ir”, explicó María Eugenia.
A sus viajes llevan todo lo necesario para vivir cada día, desde utensilios para cocinarse como lo indispensable para dormir. Para acampar llevan siempre su carpa, sobres de dormir y colchonetas aislantes. Mientras que para cocinar cuentan con una cocinilla multi combustible que funciona con nafta, ollas, platos, cubiertos, una tabla, repasadores, la comida y botellas de agua. Además, cargan con elementos de higiene como toallas y lo necesario para bañarse, gorros, protector solar y repelente. Todo lo llevan guardado en alforjas.
La aventurera aseguró que en su primer viaje tuvieron suerte y “le embocaron” bastante a las cosas que llevaron. La carpa que tenían era buena y no se llovía, tenían un colchón que luego cambiaron por colchonetas que les regalaron en el camino, y los sobres de dormir que aún conservan.
Para cocinar llevaban una cocinilla a gas, pero esto representaba un problema en algunos países ya que no era fácil conseguir gas. “Seba hizo una de alcohol, que funcionaba a gas de alcohol, estaba buenísima y super económica porque era con latitas de refresco, con esa tiramos un montón de tiempo”, dijo.
Si bien en el camino se fueron dando cuenta de cosas que podrían llegar a faltar les pasó más bien lo contrario: se dieron cuenta de cosas que les estaba sobrando e hicieron en un momento un envío de cosas a Montevideo.
María Eugenia y Sebastián hacen de las rutas y caminos su hogar, por lo que usan los lugares para lo cotidiano como dormir y comer. La mayor parte del tiempo acampan con todas sus pertenencias, y para alimentarse tratan siempre de cocinar, ya que ayuda al presupuesto. Sin embargo, María Eugenia contó que en algunos países puede ser más barato comprar comida que cocinarse. “Cargamos con cosas para cocinar, verduras, pasta, arroz, todo eso vamos cocinando en el camino. También para desayunar, tenemos avena y frutas, siempre llevamos eso con nosotros”, concluyó María Eugenia.
Deacullá es el proyecto que crearon María Eugenia Olives y Sebastián Remualdi. En su cuenta de Instagram comparten fotos y videos de los caminos, rutas, puentes y sus destinos, siempre con un texto que acompaña. En su canal de YouTube además de mostrar sus recorridos, explican como hacer alforjas impermeables, muestran mapas que usan para sus viajes y hasta destacan las ventajas de saber arreglar la bici. Sus videos son realizados también como piques para cicloviajeros.
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