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Siete caballos ya no tirarán más de los carros

En el Cedel Casavalle una clasificadora y seis clasificadores entregaron su caballo en adopción y recibieron un motocarro para trabajar

Redes Basta de TaS

Este viernes, siete caballos más dejaron de tirar de un carro y más familias de clasificadoras y clasificadores cambiaron su modo de trabajo. En esta ocasión, la sustitución de caballos por motocarros tuvo menor concurrencia debido al aforo reducido por la pandemia. Si bien no pudieron realizar el evento que se hizo en jornadas anteriores, se hicieron presentes clasificadores, adoptantes de caballos y algunas autoridades de la Intendencia de Montevideo (IMM).


Hasta el momento se han logrado sustituir 30 caballos en las cuatro jornadas que se hicieron. Karina Kokar, coordinadora de la Asociación Animalista Libera! para Uruguay dijo que si bien pueden parecer pocos, es una cifra bastante grande si se tiene en cuenta que se está solucionando un problema que tiene más de 100 años. Además, enfatizó en que es un problema que tiene varias aristas; una de ellas es la social, ya que no se trata sólo de sacarle los caballos a las personas, sino que también hay que darles una solución. “Hay que entender que para algunos es la única manera que tienen de sobrevivir, y es como vienen sobreviviendo desde hace mucho tiempo”, explicó Kokar. Además, describió al programa como “sumamente abarcativo” ya que entiende la relevancia de solucionar el trabajo del clasificador y a la vez darle importancia a la vida de los animales “algo bastante dejado de lado desde hace tiempo”, afirmó la coordinadora de Libera!.


Kokar informó que hace aproximadamente se realizó un censo y se llegó a la cifra de 728 caballos que tiraban de carros dentro de Montevideo. Sin embargo, al poco tiempo hubo un descenso notorio en esa cifra ya que según la coordinadora, muchas personas accedieron a programas y otras tantas se reconvirtieron por su cuenta. “Lamentablemente, este año con la pandemia hemos vuelto a ver más caballos en las calles. No implica que sean nuevos, porque la administración pasada de la IMM no registró más clasificadores. Para circular se registran con el carro y les dan una matrícula, esto no estaba pasando pero ahora hubo un incremento”, dijo Kokar.


La idea de la organización es sustituir a todos los carros con caballos por motocarros y que todos los trabajadores tengan una reconversión tanto con las motos como en las plantas de clasificación. “Tenemos que lograr que en Montevideo no haya más carros tirados con caballos. Esto puede ser dentro de unos años, pero vamos hacia eso, ese es nuestro objetivo”, afirmó Kokar.


El proceso de selección

Los adoptantes pasan por estrictas entrevistas realizadas por Libera! en conjunto con funcionarios de la Intendencia. Allí se conversa con los posibles adoptantes y se hace la selección de quiénes recibirán al caballo que se jubila. Para Kokar, es un tema complejo porque hay muchos que quieren recibir un caballo para hacerlos trabajar, sin embargo destacó que saben cómo hacer la selección.


Los adoptantes tienen que comprometerse no sólo a contar con el dinero para garantizar al animal todo lo que necesita, sino también dedicarle tiempo y paciencia. Esto es importante porque según explicó la coordinadora de Libera!, los caballos a veces se van lastimados tanto físicamente como emocional y psicológicamente. “Son animales que tienen que volver a confiar en el humano”, explicó Kokar.


Hubo cambios muy notorios en cuanto a la vida de los animales que se dieron en adopción ya que dejaron de soportar el ruido de las bocinas, como los golpes de los ómnibus y autos. Y en algunos casos, han sufrido maltrato por parte de sus dueños: “han tenido una vida muy complicada y merecen de una vez por todas estar en paz. Hasta ahora los adoptantes han sido realmente maravillosos y son un orgullo”, aseguró la integrante de Libera!.


Aquellos clasificadores y clasificadoras que quieren participar del programa de sustitución también se anotan voluntariamente en la IMM, y el equipo de Desarrollo Social se encarga de hacer la selección. Cada vez se anotan más porque según dijo Kokar “ven que la experiencia es buena ya que realmente les cambia la vida”.


Antes de inscribirse, se tienen que capacitar. Siguen en carrera aquellas personas que consiguen todos los títulos de la capacitación. En algunos casos, es requisito sacar la libreta de conducir. De esta parte del programa se encarga la IMM, aunque mantienen el contacto con la asociación.


Karina Kokar explicó que cuando plantearon el proyecto, presentaron el documento y realizaron una presentación en la que se incluía a todas las partes, ya que el programa no trata solamente de animales. “Nosotros le explicamos a la IMM cuáles son los pasos para trabajar con los clasificadores, de qué manera, cómo hacer la selección, o sea, es nuestro proyecto que lo está llevando la intendencia junto con nosotros”, dijo Kokar.


Después de que los animales se dan en adopción, siguen en contacto desde la organización casi a diario. Muchas de las personas que se dedicaban a la clasificación con el carro tirado por un caballo, están también en contacto con los adoptantes y van a visitar a los animales.


Los clasificadores y clasificadoras se abren una MYPE (Micro y pequeña empresa) y trabajan para la IMM recogiendo residuos de gran tamaño. No son funcionarios de la intendencia sino que son contratados como empresas personales. “Hacen levantes de voluminosos. Cuando tenemos una heladera o un ropero que ya no usamos, se encargan ellos de llevarlos. Por esa parte hay un seguimiento también que realiza la Intendencia”, explicó Kokar.


Las personas que clasifican, a través de este cambio del equino por el motocarro, pueden seguir realizando las mismas tareas, sin embargo se hacen más rápido y mejor, ya que no es lo mismo transitar por las calles con un animal tirando de un carro que con un vehículo motorizado. También representa un cambio desde el punto de vista social, porque según contó Kokar, muchas veces eran insultados por estar encima de un carro con un caballo, y ahora los llaman para felicitarlos. “Hay que entender que a ellos el caballo los margina más. Además, con los motocarros implica que tienen otras medidas de seguridad como casco y demás, y están capacitados. Esto hace que además de hacer las tareas de antes, pueden hacer algún flete y se les abre otro camino”, informó Kokar.


Karina Kokar dijo que la evaluación que hacen del programa en general es muy positiva. Hay mucho compromiso tanto de clasificadoras y clasificadores, quienes han demostrado que el programa les sirve, como de los adoptantes. Además, destacó el compromiso de los funcionarios de la Intendencia que “se han encariñado con el programa”. Esto se debe a que son varios meses de trabajo, de capacitaciones y de buscar adoptantes, y finalmente ver como dejan el carro y se suben al motocarro. “Desde ahí la persona va a trabajar de otra manera, toda la familia trabaja de otra manera”, agregó. Se le saca el carro al caballo, el animal va a un campo y disfrutan de la tranquilidad.


Para Kokar este programa no tiene comparación puesto que brinda solución para todas las partes, y que si bien es muy ambicioso, notan que los resultados “son maravillosos”. “No es fácil, estamos convencidos de que ese es el camino. Puede ser lento, sin lugar a dudas, pero creo que llevándolo así vamos a lograr un buen resultado”, concluyó.


Asociación Animalista Libera! y la consigna Basta de TaS (Tracción a Sangre)

El programa de sustitución pertenece a la organización Libera!, que surgió en España y tiene delegaciones en diversas partes del mundo. La organización Libera!, junto con la Fundación Franz Weber de Suiza, comenzaron a trabajar en la tracción a sangre en toda América.


Este proyecto fue presentado en 2012 en la administración de la entonces intendenta de Montevideo, Ana Olivera. Según informó Kokar, si bien se empezó a trabajar con ellos, no estaban de acuerdo en darle motocarros a los clasificadores. El programa fue aceptado recién en la administración de Daniel Martínez y fue allí cuando se empezó a trabajar. Comenzaron en 2016 pero con la complejidad de las capacitaciones y buscar buenos adoptantes para los animales, se implementó un plan piloto recién en 2017.


Allí se sustituyeron unos seis caballos, y se calificó como exitoso tanto para los clasificadores como para los animales. “Realmente en la administración pasada se entendió que había que trabajar por igual, tanto por los clasificadores como por el destino de los caballos”, aseguró Kokar.


Si bien no se han reunido con la Intendenta actual de Montevideo, Carolina Cosse, ya tienen solicitada esa instancia para establecer criterios de cómo se va a trabajar en este período en cuanto al programa. Kokar dijo que en el discurso inicial, Cosse manifestó la intención de llegar a los 100 motocarros entregados.


En la página de Basta de TaS, se explica que la tracción a sangre engloba a aquellos medios de transporte que utilizan animales como forma de tracción. Es un medio de transporte que usan quienes se dedican a la recolección de residuos sólidos que luego son vendidos a empresas de reciclaje.


Además se refiere a los animales, quienes soportan largas jornadas cargando peso que sobrepasa el suyo propio, con escasa alimentación, sin descanso y en muchos casos sin atención veterinaria. Muchos de estos animales padecen torturas, mutilaciones y trabajos durante la preñez, expuestos al sufrimiento lo cual causa mucho rechazo social.


En cuanto a quienes desarrollan la actividad de clasificación de residuos, reciben una muy baja paga por su trabajo, sin tener coberturas de ningún tipo, y sin cumplir normas de seguridad.


También se especifica que los animales son seres vivos con capacidad de sufrir y sentir dolor, pueden diferenciar un golpe de una caricia y además cuentan con capacidades cognitivas diferentes a la de los humanos pero no por eso menos valiosas. Por lo que se indica que los animales deben ser cuidados y respetados, y se debe castigar duramente el maltrato ejercido sobre ellos.


En la página web de Basta de Tas, se propone abolir la tracción a sangre en zonas urbanas para el trabajo de clasificadores; acabar con la marginalidad y discriminación a la que se ven sometidos los clasificadores dandoles garantías de puestos de trabajo y quitándole a su vez el componente de maltrato hacia los animales, que es con lo que normalmente se los identifica. Además, proponen que las intendencias sigan avanzando hacia sistemas eficientes de reciclaje, que el clasificador sea reconocido como Agente de Reciclaje y que las condiciones de trabajo sean iguales a los municipales, y recomiendan la jubilación de los caballos para que puedan terminar su vida con dignidad y en contacto con la naturaleza.

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