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Se realizó la exposición Plaza del Libro y Libros del Paso estuvo presente

La Plaza Independencia fue nombrada Plaza del Libro desde el 31 de octubre al 8 de noviembre


Eliana Vila

En la jornada del domingo cerró la edición de Plaza del Libro, después de nueve días de actividades y letras. En esta instancia se realizó la feria en una ubicación distinta a la habitual y con la particularidad de que la carpa tenía espacios abiertos como una de las medidas de prevención del COVID-19.


La feria de este año se llevó a cabo también para homenajear a los trabajadores y empresarios del rubro de los libros. Ya que pese a la situación sanitaria promueven la lectura y el interés por la creación, así como también el vínculo entre el lector, la obra y el escritor.


Durante la semana, hubo presentaciones de libros de diversas temáticas y narraciones orales de cuentos para niños y jóvenes. Además se presentaron las obras ganadoras del Concurso Literario de Montevideo Juan Carlos Onetti, a cargo de representantes de la Casa de los Escritores del Uruguay.


En el marco de las actividades de la feria, en el Palacio Estévez se presentó el libro 100 veces Benedetti, homenaje por el centenario del autor, a cargo de la Fundación Mario Benedetti. La fundación reunió en el libro fotos inéditas y apuntes sobre su vida y obra. Además, incluye cartas del autor con personalidades de la literatura como Julio Cortázar y Ángel Rama y de la política como Liber Seregni y Wilson Ferreira Aldunate.


Hubo también espacio para la música, a cargo del Quinteto de cuerdas de la Orquesta Juvenil del Sodre y un festival de coros por Acordelur (Asociación Coral del Uruguay). Se realizaron talleres abiertos de dibujo para niños y narración de historias para adultos.


Por primera vez

Libros del Paso, es una librería que cuenta con dos locales actualmente y participó en la exposición Plaza del Libro . Su sede original se encuentra en Paso Molino, por lo que participaron en dos oportunidades en la Feria del Libro del Oeste, organizada por la Cámara Uruguaya del Libro y el Municipio A. Si bien participaron muchas editoriales que también están en la feria mayor, es más pequeña y concurre principalmente gente de la zona.


El año pasado decidieron participar de esta feria, sin embargo, la pandemia hizo que cambiaran algunas cosas. Carlos Cáceres es uno de los directores de la librería y contó a Portainfo que si bien cambió el lugar, la forma, se eliminaron presentaciones y hubo que presentar un protocolo bastante estricto, es muy positivo el desarrollo de la feria. Además hubo un cambio en cuanto a la cantidad de gente, ya que de llenar salones en la Intendencia de Montevideo, se pasó a salas de 30 o 40 personas, “independientemente de eso creo que el resultado ha sido muy bueno”, afirmó Cáceres.


Cáceres destacó que el hecho de participar en la feria, los visibilizaría más ante un público más general, ya que contaban con un público muy fiel y permanente pero les faltaba llegar a más personas. “Ya no era lo que fue en su momento, una referencia a nivel nacional. Con el tiempo lo había ido perdiendo. Para nosotros era importante darnos a conocer nuevamente”, dijo Cáceres.


Prepararse para exponer

Cáceres contó que les llevó una intensa preparación de bastante tiempo. Hubo que seleccionar material, ver quienes iban a estar para no repetir y no llevar material que iba a estar exhibido en algún otro stand por su representante oficial en plaza.


El stand lo armaron con material propio, con algunos saldos y ofertas, algunos libros usados y colecciones especiales “que salen de lo tradicional que se ve en la feria habitualmente”, afirmó. Además de marcar un sello propio, la idea era llevar material que los representara. “Seleccionamos material que aquí siempre se ha encontrado como la Biblioteca Artigas, por ejemplo o la Colección Rodó. Son colecciones de títulos seleccionados que no se encuentran habitualmente en plaza, y no se consiguen otras ediciones”, aseguró Cáceres.


Además de los clásicos y colecciones, también llevaron novedades como el Horóscopo de Lourdes Ferro, el último libro de John Katzenbach y el último de Gabriel Rolón, libros que sus representantes no habían llevado. “Editorial Planeta en un momento decidió que sólo presentaría libros de títulos nacionales, sus sellos de autores internacionales no iban a estar presentes, entonces nosotros ahí teníamos un espacio para presentar esos títulos”, dijo Cáceres.


En su stand se pudo encontrar además libros infantiles, antiguos, enciclopedias, libros de arte y de historia. También tenían una vitrina para presentar materiales que requieren mayor cuidado. “Allí presentamos algunas primeras ediciones de Liber Falco, incluso algunas de ellas están firmadas por el autor. También una obra de Montesquieu de 1820”, dijo Cáceres y agregó que: “es una de las cosas que tenemos en el local de 18 de Julio, tiene un fondo muy importante de esos libros antiguos y primeras ediciones. La intención era darlos a conocer, y de alguna manera presentarle al público esas joyitas que pueden encontrar aquí”.


Cáceres comentó que el hecho de estar en la feria y tener el local cerca, permitió que mucha gente visitara su librería a partir de conocerlos en la feria. “Para ser nuestra primera experiencia, fue muy positivo. El stand nos ha reportado un montón de elogios del público y eso es algo que nos tiene tremendamente orgullosos, porque nos han hecho muchos comentarios muy positivos. Y si lo miramos comercialmente en números, ha sido muy positivo”, concluyó.


Los inicios y el vínculo con la lectura

Carlos Cáceres trabajaba en la librería Feria del Libro, que se ubicaba en 18 de julio y Yaguarón, y funcionó durante 83 años. En el año 2000, Cáceres y su actual socio (también empleado de Feria del Libro), renunciaron y pusieron su primer local en Paso Molino, librería que aún permanece. A fines de 2018, Cáceres y su socio, se enteraron que la librería en la que trabajaron años, estaba a la venta. “Comenzamos a conversar con los antiguos dueños y en marzo del 2019 concretamos la compra de la librería”, comentó. Además, explicó que por cuestiones comerciales tuvieron que cambiarle el nombre histórico que tenía esa casa.


Cáceres contó que comenzó en el rubro de los libros casi por casualidad mientras estudiaba, y finalmente eligió los libros. “Es un rubro muy interesante, tiene toda una parte cultural que es importantísimo. Tiene ese lado que a uno lo lleva, es una pequeña contribución a la difusión de la cultura, tiene ese lado más humano”, dijo. Además hizo hincapié en que a los que les gusta leer y son curiosos, al dedicarse a esto, tienen un acceso infinito a la lectura.


En cuanto al vínculo de la gente con la lectura, Cáceres comentó que ha notado un cambio, antes la gente pasaba horas revolviendo libros. Sin embargo, nota que ahora hay programas de radio y televisión que colaboran con la difusión de libros. “Ahora hay plataformas, y descargas con las que los libreros nos peleamos, pero de alguna manera terminan siendo difusoras de libros”, explicó. Agregó que muchas veces esos mismos libros que empiezan en plataformas llegan al papel, y los lectores buscan después el libro en papel o lo compran para regalar. Por esto, es que el director de Libros del Paso, asegura que terminan siendo complementarias. “Hacia el futuro plantea muchos desafíos, ya que hay una generación que tiene mucha más afinidad que los mayores con esas plataformas”, dijo. Y reflexionó que esa manera que tienen los jóvenes puede ser la forma en que tomen vida los libros en las próximas generaciones.


Para Cáceres, a pesar de todos los desafíos que se presentan en la competencia con las plataformas, el libro físico continúa con una fuerte presencia entre la gente. “En algún momento todos creímos que las nuevas tecnologías iban a acabar al libro, y de alguna manera no es lo que ha pasado hasta ahora”. Considera que los aparatos electrónicos iban a decretar el fin de los libros, así como en su momento se habló de la sustitución que harían las fotocopias, que cambiaron la forma en que se venden los libros de estudio, pero no el libro en general. “Estos aparatos electrónicos que en un momento volvieron a darle la partida de defunción al libro, lo que pasó internacionalmente es que cubrieron una pequeña cuota pero esos pronósticos negros que había no ocurrieron”, afirmó Cáceres.


Además, mencionó que las descargas ilegales ocupan un lugar que es difícil de calcular y que se debe seguir combatiendo y defender el derecho de autor de quienes crean y de quienes trabajan en la industria del libro. “El libro sigue siendo la preferencia dentro de los lectores”, finalizó.

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