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Perú: en búsqueda de una salida democrática

En un panorama político y social agitado, los jóvenes de la “generación del bicentenario” lideraron las manifestaciones que dieron fin a un mandato presidencial en seis días y continúan compartiendo información con la ciudadanía para las elecciones de abril de 2021

Gentileza: Rupa Flores

La inestabilidad política no es novedad en Perú, donde la amplia mayoría del Congreso de la República -que fue disuelto en octubre del año pasado y electo en enero de este año- está en proceso de numerosas investigaciones por delitos, hubo dos intentos de vacancia al expresidente Martín Vizcarra y las manifestaciones se volvieron moneda corriente desde su destitución el nueve de noviembre.


Idas y vueltas

Para comprender la cadena de hechos que anteceden y explican lo acontecido es necesario recurrir a la Constitución de 1993, del período de Alberto Fujimori. En su artículo 115 estipula: "Por impedimento temporal o permanente del Presidente de la República, asume sus funciones el Primer Vicepresidente. En defecto de éste, el Segundo Vicepresidente. Por impedimento de ambos, el Presidente del Congreso. Si el impedimento es permanente, el Presidente del Congreso convoca de inmediato a elecciones”.


Previamente en 2018, la renuncia de Pedro Kuczynski a la Presidencia de la República del Perú dejó en el cargo a Martín Vizcarra, su primer vicepresidente. Cuando se declaró la vacancia del cargo de Vizcarra por "incapacidad moral permanente" en noviembre de este año, quien seguía en la cadena de mando en la vicepresidencia era Mercedes Aráoz (que anteriormente fue designada como presidenta interina por la suspensión de Vizcarra en octubre de 2019 y renunció al día siguiente), pero ocupó el cargo de vicepresidenta hasta el 5 de mayo de 2020 cuando su pedido de renuncia fue aceptado por el Congreso. Al constatar un “impedimento de ambos”, como la carta magna refiere, Manuel Merino, presidente del Congreso, asumió la presidencia y aseguró que “nadie puede cambiar la fecha de las elecciones generales del 2021 previstas para el 11 de abril”.


Hasta ahí la estabilidad política parecía haberse alcanzado, pero Perú había terminado ese entreverado proceso con un líder que no era representativo ni electo por el pueblo para ocupar la presidencia. Finalmente se designó a Francisco Sagasti, miembro del Congreso elegido en enero, como presidente interino y esto parece haber calmado un poco las aguas.


Manifestaciones

Portainfo se comunicó con Brenda Matos (25), artista y ciudadana residente en Lima, y Paola Coronado (25), comunicadora de Chiclayo (ciudad del noroeste de Perú). Ambas acordaron que “las manifestaciones fueron constantes desde el anuncio de la vacancia de Vizcarra”.


Matos, recuerda que explotaron las redes sociales con un mensaje claro: “hay que salir a marchar”. Ese día ingresó a un grupo de Whatsapp integrado por 250 artistas de distintas ramas donde se compartía información en vivo sobre lo que sucedía. Aseguró que mucha gente avisaba: “estoy en esta plaza y tiran bombas lacrimógenas, no vengan por acá”. Al poco tiempo se transformó en su grupo de referencia y en un lugar donde poder seguir “un relato vivo”, un medio de noticias confiable.


Coronado llegó de un viaje y participó de siete días de manifestación en Chiclayo y afirmó que “especialmente hubo dos días en los que la policía se puso dura con los compañeros: arrestaron a ciudadanos por llevar un megáfono o carteles”.


Para ella la designación de Merino fue “un golpe de Estado porque además tenía cargos en su contra y no estaba capacitado intelectualmente para la Presidencia”. La comunicadora afirmó: “no podíamos creer que faltaban cinco meses para las elecciones y se hubiese sacado al presidente”. Lo que valoró aún más negativamente es que “al día siguiente se estaban presentando algunos cambios antipopulares en educación como algunos cambios universitarios y otros ‘favorcitos’ que se debían”.


En sus días en Lima, Matos pudo asistir a las manifestaciones pero como viajaría en breves se aseguró de tomar las medidas sanitarias pertinentes. Pintó uno de sus lienzos junto a un colega, Víctor Gamarra, con la consigna “El gobierno nos quiere ciegos” y se sumó en auto con sus primos. “La gente salió en el Parque Kennedy, en Miraflores y esas marchas fueron la mecha prendida que estalló en las siguientes, con mucha más fuerza popular”, reconoció, y comentó que la timidez previa que los frenaba a marchar se disipó en ese momento. Para ella, Perú no es un país como Chile o Argentina, “que se prende algo y salen a la calle. No somos así, nuestras marchas no son masivas, excepto esta vez que todo Perú explotó”. Destacó además: “no solo la Plaza San Martín (en el centro de Lima) estaba llena, sino todas las clases sociales, realidades económicas distintas, todos a la calle”.


Lo que más le sorprendió fue: “ver que la gente en Chiclayo, en Chachapoyas (ciudad al norte de Perú), en lugares donde imaginarse una marcha ya es raro, poder observar las plazas de armas colmadas, chocaba”.


Coronado, que participó de varias manifestaciones con distintas consignas, aseveró: “fue la primera que tuvo alcance nacional y pude sentir de esta manera”.


Ternas

Merino convocó a las Fuerzas Armadas de Perú cuando empezaron las manifestaciones y no recibió respuesta. La Policía Nacional salió y fue “especialmente violenta” en Lima, según Matos. Históricamente, se conoce la existencia de los “ternas” que son policías vestidos de civiles que generaban disturbios en las marchas para justificar la violencia, realizan arrestos o portan armas. Cuando la policía comenzó a intervenir, la gente comenzó a ser cautelosa: “cuidado si alguien te incita a prender fuego algo o romper algo, cuida tu mochila que te pueden plantar algo”, advertían.


Hay videos de personas maltratadas sin razón y que se salvaron por la presencia de la Defensoría del pueblo. “A veces las bombas lacrimógenas eran tiradas al menor contacto, pero nosotros teníamos el mensaje claro: ‘no a la violencia, esto es una marcha pacífica’”, sostuvo la artista.


En Chiclayo, el segundo día de manifestaciones culminó con arrestos a algunos manifestantes que continuaron hasta la noche. La policía formó un escudo en la calle donde vive Coronado y no la dejaban pasar: “a mis compañeros con carteles los querían arrestar, tuve que mostrar mi DNI y nos dejaron pasar, aunque nos siguieron. Esa noche un terna arrestó a dos chicos y una chica, a la que retuvieron más tiempo, los enviaron a comisarías diferentes”, advirtió. Recuerda que los policías estaban muy agresivos y autoritarios, pedían documentos y nombre completo aunque estuvieras comiendo un helado.


Luego empezaron a utilizar perdigones y “se encontraron canicas en las piernas de las personas”, lamentó Matos, aunque frente a esa evidencia la policía negó los hechos. Inti Sotelo (24) falleció luego de recibir múltiples perdigones de plomo y Bryan Pintado (22) a causa de un disparo de arma de fuego, ambos durante la represión de las manifestaciones.


Algunos de los manifestantes formaban parte de la primera línea que apagaba las bombas lacrimógenas casi sin protección. Matos denunció que vio “como los policías veían a alguien ya abatido en el suelo y le disparaban múltiples veces, o los golpeaban, sin piedad, abusando del poder frente a mucha gente que estaba marchando, gritando, pero pasivamente”.


Se contabilizaron 40 desaparecidos en las manifestaciones y “felizmente todos aparecieron”. “Los últimos en aparecer contaron que fueron secuestrados, llevados a un lugar en el que los golpearon, los alimentaron mal y que las personas que se los llevaron estaban vestidas de civiles”, apuntó Matos, es decir que eran “ternas”. En la manifestación del 14 de noviembre hay videos de civiles llevando en camionetas pick up a manifestantes, en otros se puede observar como identifican a un individuo y comienzan a gritar “¡terna, terna, terna!” y el policía encubierto realiza dos disparos al aire. Otros muestran que un grupo de personas vestidas de civiles muestran armas de fuego y se llevan gente.


Una enseñanza que dejó este período, según la artista, es que “si vas con tu grupo de amigos, alguien tiene que grabar todo lo que pase” en las manifestaciones.


Jóvenes que luchan

En un intento de resumir, Matos explicó: “Nos llaman la generación del bicentenario porque el año que viene cumplimos 200 años como país independiente y nosotros estamos manifestándonos”. Hace menos de dos décadas del período de terrorismo de Estado con Fujimori y “en esa generación, formada por nuestros padres o gente mayor, aún tienen mucho temor porque se vivió como una guerra civil”, según la artista.


“Me sorprende que chicos de 16 años estén leyendo sobre historia del Perú para poder informarse de cosas que sucedieron 20 o 10 años atrás y que luego lo den a conocer mediante Tik-Tok o Instagram. Es un trabajo notable”, valoró Coronado, y relató que en las manifestaciones identificaba una notoria mayoría de participantes de entre 16 y 25 años, acompañada de una minoría que superaba los 40.


A su vez, destacaron que por la pandemia, los mayores se veían imposibilitados de participar, entonces fue muy importante la presencia de dos equipos: “los que marchaban y los que no podían pero informaban al resto”.


Las redes sociales fueron aliadas. Eso sumado a que “hemos accedido a la universidad y estudiado historia. Ahora estamos organizados y difundimos información, nos encontramos virtualmente y debatimos”, rescató Matos.


La artista aseguró que muchos influencers “se han puesto la mano al pecho” y han salido a informar y a reportar, junto con páginas de memes. Entre todos han colaborado para que la comunicación llegue a todas las generaciones.


La comunicadora, por su parte, reconoció en las redes una importante herramienta de reclamo y denuncia: “han ayudado un montón a exigir ciertas cosas que nos han disgustado. Todos los jóvenes dejaron de publicar sus cosas personales o de negocios para compartir sobre los desaparecidos, los ternas, el abuso policial y los pedidos de justicia por Bryan e Inti”.


Heridas que no sanan

En Facebook o cadenas de Whatsapp corría otra comunicación, con mensajes que encasillaron como “terroristas” a quienes se manifestaban, que lo que hacían era mediante la violencia o que eran comunistas. Se podían notar términos extremistas que son herencia del período de Fujimori, que continúa con un gran peso en el país. Su hija sigue haciendo política aunque él esté preso y detrás de ella hay una bancada populista. “Ellos usan mucho los medios masivos de comunicación tradicionales para difundir que los que nos manifestamos somos violentos”, reclamó Matos.


“La generación de nuestros padres tiene una gran censura y miedo a manifestarse. Prefieren no meterse porque sufrieron mucho y todavía tienen esa cicatriz. Nos dicen: ‘¿ustedes qué saben si no pasaron el terrorismo como nosotros?’”, aseguró.


Coronado destaca el caso de un chico que pertenece a la comunidad LGBTQI y participó de la Marcha de los Cuatro Suyos (con motivo de derrocar a Fujimori en el año 2000) y les pide que sean constantes, que sigan convocando marchas. “Esto ha abierto los ojos para que las personas se manifiesten por cosas que tenían guardadas desde la época de Fujimori”, sentenció.


Por la misma línea, Matos contó que su tía, participante de la Marcha de los Cuatro Suyos, le aconsejó: “el error de mi generación fue dejarlo ahí, no continuar ni insistir, ustedes no hagan lo mismo. No importa que Merino haya renunciado, tienen que seguir peleando para hacer un cambio real”.


En la mira

Los acontecimientos han causado que el grueso de los ciudadanos sean conscientes del poder de su voto. “Como todos los políticos son corruptos, se vota al mal menor. Uno de los dichos que se popularizó sobre un candidato en Lima era ‘roba pero hace obra’”, lamentó Matos y agregó: “La gente vio lo importante que es estar pendiente de la política porque a la larga las decisiones que se toman ahí nos afectan a todos”.


La pandemia colaboró en este cambio, según relató la artista: “el gobierno no ayudó económicamente, el sistema de salud colapsó, el acceso a la educación quedó limitado, sobre todo en el interior del país”. Por esto y por muchas cosas más, contó que su lucha ahora es que le quiten la inmunidad parlamentaria a los congresistas para que puedan ser juzgados por los delitos cometidos. “Son alrededor de cinco- de los 105 miembros del Congreso que votaron la vacancia de Vizcarra- que no tienen procesos penales, de los cien restantes, algunos tienen procesamientos hasta por homicidio”, alarmó.


Vizcarra presentó dos veces en el Congreso una iniciativa para levantar la inmunidad parlamentaria, que está en la Constitución. “Eso no les cayó en gracia y le empezaron a encontrar trapos sucios”, afirmó Coronado.


También hay intención popular de cambiar la Constitución que data del período de Fujimori aunque se haya modificado. “Ayer hubo un Zoom en el que discutimos el primer capítulo, la gente se está moviendo por distintos medios para que esta lucha no quede solo en esto”, rescató Matos.


El siguiente cambio de gobierno será en cinco meses y se están informando, reconocieron que a los miembros del congreso no se les prestaba mucha atención. “Tenemos que informarnos, aunque no nos guste ningún miembro", reconoció Matos y ejemplificó: "algunos como Marta Chávez se pronuncian en plena sesión para decirles ‘Terroristas’ o ‘¡No, Satanás!’, a otros miembros del Congreso con los que no comparte opinión”.


Los jóvenes darán a conocer las fichas de los nuevos candidatos para 2021, según alertó Coronado: “estamos procesando los perfiles de cada uno porque suelen utilizar muchos tecnicismos en sus hojas de vida”.


“El pueblo ya no cree en el Congreso, muchos confían en Sagasti pero se perdió la confianza de varios niveles de gobierno, desde las alcaldías hasta lo que tiene nivel nacional”, advirtió Coronado.

Las manifestaciones más recientes han sido en tono de celebración, con homenajes artísticos y minutos de silencio para Inti y Bryan. Para la comunicadora, el nombramiento de Sagasti “fue para calmar al Perú, todos se olvidan muy rápido de la muerte de Bryan e Inti, de los desaparecidos y del golpe. Yo sigo compartiendo cosas en redes sociales, quiero informarme e informar sobre el cambio constitucional y aunque fue un alivio (la designación de Sagasti), todavía no acaba la cosa ”.


“Sagasti parece una persona muy preparada para el puesto, no tiene antecedentes policiales y una carrera bien hecha. Pero igualmente lo estaremos vigilando. No vamos a confiar tan fácil, vamos a estar muy alertas y frente a cualquier cosa vamos a salir”, aseguró Matos.


El proceso de cambios que continúa atravesando Perú es complejo, y como aseguró Matos, la brecha se siente y “el cambio generacional es necesario para que evolucionemos como país”. Que los jóvenes se empoderen para hacer frente a las injusticias y para rescatar el valor democrático de un sistema político cuestionado, “da mucha esperanza para el futuro”.

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