Desde el Reino Unido, pasando por Bélgica y España, las familias reales y la figura del rey o la reina aún conservan apoyo popular
Por Guillermo Corbo
Desde una mirada uruguaya, cuesta pensar en una reina o un rey como representación de poder soberano de un país. Para muchos, sobre todo para las sociedades latinoamericanas, la monarquía puede entenderse como una institución arcaica, que representa el poder de una persona sobre otras, distintas clases de personas o una etapa de la historia de la humanidad muy lejana en el tiempo.
Según Borja Pérez, Historiador por la Jagielloski University y la Universidad de Santiago de Compostela, “como un monarca no pertenece a una región geográfica ni a una ideología política determinada, hay quienes entienden que la figura de un rey es quien mejor representa a un país entero”, dice haciendo énfasis en la concepción europea de la realeza.
Las monarquías europeas se presentan más como un ícono del país que como una figura política, debido a que las legislaciones de los países se hacen efectivas en los parlamentos elegidos democráticamente y quien lleva adelante la vida política de un país es el primer ministro o el presidente.
Son diez las monarquías parlamentarias que existen en la actualidad en Europa: España, Bélgica, Dinamarca, Liechtenstein, Luxemburgo, Mónaco, Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Suecia. A esa lista se podrían sumar Andorra y la Ciudad del Vaticano, pero en realidad no son monarquías dinásticas. En el caso de Andorra se trata de un coprincipado en donde la figura del jefe de Estado la comparten el obispo de la Seo de Urgel de España y el presidente de Francia, mientras que el Vaticano es una monarquía absoluta, electiva y teocrática.
Según comenta Pérez, repasando la historia de Europa y explicando por qué hay países como Alemania o Francia que no tienen una monarquía constituida, “han desaparecido las monarquías cuyos jefes promovieron o aceptaron guerras nacionales que terminaron con la derrota o el desastre total del país; han perdurado en el tiempo las que, además de haberse visto libres de dichos eventos, supieron incorporar a su Estado, y por tanto a su Gobierno, todas las grandes mutaciones históricas posteriores a la Edad Media”.
Los escándalos protagonizados por Juan Carlos I, rey emérito de España o la reciente entrevista concedida por el Príncipe Harry comentando sobre los actos racistas hacia su esposa, Meghan Markle, de parte de la Casa Real Británica, así como la reciente muerte del Príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la Reina Isabel II de Gran Bretaña, pusieron a la realeza de Europa en el debate público nuevamente.
Si bien hay quienes no apoyan una monarquía parlamentaria como sistema de gobierno, sobre todo los sectores políticos más vinculados a los partidos de izquierda, la realidad muestra que aún conservan apoyo popular. Según una investigación del Grupo Ipsos, en Reino Unido, el 85% de los ciudadanos apoya la monarquía, el 83% en Bélgica y el 77% en Suecia; en Dinamarca el 82% de la ciudadanía apoya a la monarquía, el 81% en Noruega y el 70% en los Países Bajos. En España, más de la mitad de la población está de acuerdo con que exista la figura de un rey, y esta cifra aumentó a medida que Felipe VI tomó más participación pública tratando de dejar de lado la mala imagen que cosechó su padre en los últimos años.
“El máximo cargo que tiene la monarquía en España es la representación internacional, sobre todo con otros estados monárquicos. Es por eso que tiene una relación muy fluida por ejemplo con Arabia Saudí” comenta Alejandro Gómez Fernández, graduado en Periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela y Sociólogo por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). En esta línea agrega que “el rey es la figura de la unidad del estado por excelencia”.
En el ámbito político, Gómez Fernández dice que el rey tiene la potestad “para sancionar y promulgar leyes en las cortes generales en España” y que “desde que se emite una ley, el rey es el encargado de confirmarlas, es quien las firma” además, agrega que “es la figura que puede disolver las cortes generales”.
Actualmente existen 44 monarquías en el mundo, diez de ellas se encuentran en Europa, caracterizadas por ser más un icono que por ejercer poder político o constitucional, como sí ocurre con todas las demás, establecidas en Asia, África y Oceanía. América es el único continente en donde no existe la figura de una reina o un rey.
España, monarquía parlamentaria
En la actual monarquía española el rey es el Jefe de Estado y como tal asume la representación del Estado español en las relaciones internacionales. También representa un símbolo de unidad y es el mando supremo de las Fuerzas Armadas. El poder reside en los ciudadanos al elegir a sus representantes en el Parlamento. Por lo tanto, es el Parlamento y no el rey quien dirige la política española.
Bélgica, monarquía parlamentaria
Felipe, rey de los belgas, se convirtió en jefe de Estado en julio de 2013, día de la fiesta nacional de Bélgica, por abdicación de su padre el rey Alberto II, salpicado por varios escándalos. La figura del monarca sigue siendo clave a la hora de mantener el delicado equilibrio entre valones (de Valonia) y flamencos (de Flandes). El rey es también uno de los tres componentes del Poder Legislativo Federal, junto con las dos cámaras del Parlamento belga: la Cámara de Representantes y el Senado. Todas las leyes aprobadas por el Parlamento Federal deben ser firmadas y promulgadas por el rey.
Dinamarca, monarquía parlamentaria
Desde 1972, la reina Margarita II de Dinamarca es la jefa de Estado. Constituye el verdadero símbolo de la nación, aunque carece de poder ejecutivo real. La danesa es la familia real más antigua del Viejo Continente, ya que reina de forma ininterrumpida desde hace más de 1000 años.
Liechtenstein, monarquía constitucional
Liechtenstein es una monarquía constitucional con base parlamentaria, el príncipe y el pueblo comparten la soberanía y ambos la ejercen según las disposiciones de la Constitución. Su sistema político cuenta con un fuerte componente de democracia directa ya que con la firma de 1000 ciudadanos se puede convocar una asamblea del Parlamento y con la de 1500 solicitar su disolución. Para llegar a tener validez todas las leyes necesitan la sanción del príncipe.
Luxemburgo, monarquía parlamentaria
El gran duque Enrique es el jefe de Estado desde la abdicación de su padre en octubre del año 2000, el gran duque Juan. El gran duque nombra al primer ministro y aunque constitucionalmente esté investido del poder ejecutivo, realiza sólo funciones ceremoniales.
Mónaco, monarquía constitucional
El Consejo Nacional, integrado por 24 miembros elegidos por sufragio universal, ejerce el poder legislativo bajo la supervisión real. El poder ejecutivo, bajo la autoridad del príncipe, es ejercido por un Consejo de Gobierno. El poder judicial también está en manos de la Casa Real de Grimaldi, aunque el pleno ejercicio del mismo está delegado a los tribunales.
Noruega, monarquía constitucional
Harald V desempeña un papel meramente institucional, ya que el poder político reside en el Gobierno. Tiene el rango de general de los Ejércitos de Tierra y del Aire y ocupa la jefatura de la Iglesia evangélica luterana noruega.
Países Bajos, monarquía constitucional
La Constitución se refiere al monarca del reino de los Países Bajos como "El Rey". Esta es una indicación del papel que cumple y que se refiere equitativamente ya sea a un hombre o a una mujer. El monarca tiene un poder limitado y aunque goza de inmunidad, el poder de verdad lo ejercen los ministros. La reina o el rey es neutral y no opina sobre temas políticos. Es una figura esencialmente simbólica.
Reino Unido, monarquía parlamentaria
Unas de las monarquías más famosas de Europa, llevada a cabo por la reina Isabel II, que también lidera la Iglesia anglicana y es monarca en los 15 países miembros de la Commonwealth. Isabel II ha reinado durante más de 50 años y si bien es una figura reconocida y honrada en el Reino Unido, actúa dentro de las obligaciones de la Convención casi siempre ejerciendo la prerrogativa real siguiendo el consejo del primer ministro y otros ministros. Los ministros son los responsables de la Casa de los Comunes, elegida de forma democrática.
Suecia, monarquía constitucional
El rey y jefe de Estado sueco esCarlos XVI Gustavo y según las leyes constitucionales suecas, tiene una función representativa. El Parlamento es unicameral y está compuesto por 349 diputados elegidos por sufragio directo.
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