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#PeriodistasUy: Magdalena Prado: en el periodismo “me ha costado más ser joven que ser mujer”

Conversamos con la coconductora de Viva La Tarde de radio Sarandí y panelista del matutino de Canal 4, Buen Día

Gentileza: Magdalena Prado

Su padre fue periodista, hace pocos años que empezó en el rubro y no llega a los 30 años de edad. Magdalena Prado hizo la tecnicatura en comunicación y asegura que el periodismo siempre le apasionó.


Matías Prado empezó a ejercer el periodismo durante la dictadura, se destacó en periodismo de investigación, falleció en 2011 y fueron varios los periodistas y medios que lo despidieron. Su hija Magdalena incursionó en el periodismo dos años después de su partida pero no fue algo casual.


¿Cuándo nació tu pasión por el periodismo?

- A veces suena idílico pero yo siempre sentí la vocación por hacerlo, desde muy chiquita me interesó. Cuando me tocaban oportunidades de investigación en el colegio o en la escuela, le consultaba a mi papá sobre su tarea, siempre me dio mucho orgullo su trabajo y siempre lo quise hacer. Me gustaban otras cosas también, pero nunca tuve duda de lo que iba a estudiar; creo que por verlo a él con la pasión que lo ejercía. Siempre tuve mucha vocación de servicio y entendía que esa era una buena manera de poder servir, de canalizar esa vocación. Tengo un perfil muy distinto al de mi papá. Él era un periodista, más que nada, de prensa escrita. A mi me llaman un poco más la atención los temas sociales que tienen que ver con la gente, es otra época también, otra generación. Me siento distinta a él, capaz que periodísticamente no, pero a nivel comunicativo si. No sé si él hubiese estado alguna vez frente a cámara, no me lo imagino. Lamentablemente no lo pude compartir con él. Cuando estaba terminando sexto de liceo mi papá falleció pero igual he encontrado en la profesión una manera de reencontrarme con él. No solamente a través de colegas o de cada medio nuevo al que voy o cuando conozco a un periodista que trabajaba con él. Me ha pasado en todos estos años de ejercicio de la profesión, de encontrarme con gente que siempre se acuerda de él, con una anécdota y uno va haciendo un puzzle de lo que fue su padre a través de lo que los demás cuentan. Me acuerdo cuando entré por primera vez a la radio, había un montón de gente que había trabajado con él y a mí me parecía fascinante. Yo tenía 21 años y eso es divino. Siempre va a quedar esa espina de qué hubiese pasado si en paralelo hubiésemos trabajado juntos, pero son las circunstancias de la vida y también las cosas pasan por algo.


¿Sentís presión por ser la hija de tu papá?

- Al principio sentía que eso me iba a costar, sentía que tenía la vara muy alta por ese perfil que tenía papá de periodista de investigación de Búsqueda, y toda esa generación que para mí fue tan importante. Pensé que me iba a costar un montón pero después entendí que mi camino era propio y que eso me iba a servir. El hecho de que mi padre fuera periodista no me sirvió profesionalmente, pero sí humanamente. En esta profesión hay que ser buena gente, y a cada lugar al que voy, más allá de que me digan que mi padre era un excelente periodista, muchos me dicen que era una buena persona. Yo venía con una carta de presentación no profesional pero sí humana y eso sí me sirvió. Nunca lo sentí como una presión, al principio sentí que sí me iba a costar por eso pero después en el camino, jugando en la cancha, no lo sentí.


¿Los periodistas estamos destinados al multiempleo?

- Sí, yo siempre tuve dos trabajos. Hubo un período corto en el que estuve sólo con la radio pero ahí vivía con mi madre y era otra realidad. Hasta el año pasado tenía tres trabajos: como movilera en Telenoche, en la radio y trabajaba como encargada de comunicación en una empresa que vendía cascos y repuestos para motos. Nunca me había dedicado a otra cosa que no fuera el periodismo. Una vez que me recibí de técnica en comunicación nunca trabajé de otra cosa y quise ponerme a prueba.


¿Te cuestionaste haber elegido el periodismo como tu actividad profesional principal?

- No, me siento feliz y plena en mi trabajo. No me imagino haciendo otras cosas, por lo menos hoy. Uno es periodista a toda hora, fines de semana lejos de la familia, perdiéndose viajes con amigos, pero lo volvería a hacer y elegiría esta carrera. Siempre pienso el desafío que puede ser el día de mañana cuando tenga hijos. Mi papá todos los días a las 4 o 5 de la mañana se iba a laburar y si bien fue un papá presente, también sentí que trabajaba muchas horas. No quiero eso para mis hijos cuando los tenga, si llegan en algún momento, pero sé que este es mi lugar, mi rol y esto es lo que tengo destinado para hacer.


¿La radio o la tele?

- Esa pregunta siempre me la hacen y siempre explico lo mismo, no es un medio o el otro. A mi lo que me interesan son los proyectos. Le cierro la puerta no al medio sino al formato. Espero no verme nunca haciendo cosas que no me gusten, que no sienta que tienen un fin y que eso que hago me está devolviendo algo. Entiendo mi trabajo como una construcción personal, por lo menos en esta etapa de mi vida. No es el medio, no es la radio, no es la televisión, no es la prensa sino es la propuesta que se me da. Transité por medios escritos en los que me encantó en una época de mi vida, después sentí que tenía ganas de hacer otra cosa y lo dejé, y no porque no me gustara escribir, sino porque entendía que quería hacer otra cosa con mi carrera.


¿Te costó ser mujer en el periodismo?

- No, me cuesta ser más joven que mujer, mucho más. Tengo que agradecer las oportunidades que he tenido, entiendo que he trabajado mucho para lograrlo pero tengo que ser muy agradecida a las oportunidades. No me cuesta tanto ser mujer pero sí sé que a las mujeres nos cuesta más y a veces se nos exige más pero en el periodismo y en otras áreas. Siempre me sentí una igual con mis compañeros, nunca me sentí que por ser mujer me dejaban de lado, que o que ganara menor sueldo, pero sí lo he sentido en la recepción de la gente o en los ámbitos laborales en general que por ser más joven estoy más a prueba. "Nena vos qué vas a hablar de esto si vos no lo viviste", y bueno, uno en realidad habla de lo que lee, de lo que investiga, de lo que conversa con otros que sí le enseñan. Creo que tengo buena receptividad con la gente, me siento bien con el público, pero me ha costado más ser joven que ser mujer.


¿Tuviste que ganarte tu derecho de piso?

- No sé si llamarlo así porque nunca mis compañeros me hicieron sentir que tuviera que ganarme el derecho de piso. Lo que sí sé es que tengo que trabajar muchísimo, y trabajo muchísimo, pero no porque sea joven y de alguna manera esté arrancando, sino porque es mi forma de ser. Sí entiendo que a nivel económico, hoy en día tengo que tener muchos trabajos para poder tener cierta situación económica que me permita cubrir los gastos básicos de mi vida independiente. En cuanto a dinero, uno siente que cuando está arrancando se tiene que esforzar más o tener más horas de trabajo para tener un sueldo que le permita tener cierta comodidad. Pero nunca me sentí que estuviera pagando un derecho de piso, sí con la lupa puesta en mi trabajo porque soy joven y se espera de mí que rinda y que lo haga bien, sé que se espera de mí porque me lo exigen mis jefes, me lo exige la audiencia, me lo exigen mis compañeros, pero sobre todo porque me lo exijo yo. Entiendo que mi trabajo es una gran responsabilidad, realmente siento que tengo una responsabilidad cuando hablo en la radio y en la televisión y entiendo que hay que ejercerlo con consciencia.


Tu padre formó parte de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU), ¿vos estás afiliada?

- Mi padre estuvo en la directiva de APU en tiempos revueltos donde ser sindicalista no era muy bien visto, realmente había que tenerlos bien puestos para ser sindicalista, saliendo de la dictadura y defendiendo la libertad de prensa. Creo que hoy APU ha ido mutando. Cuando entré a la radio consulté a mis compañeros si había gente afiliada, la gran mayoría no estaba afiliada y me puse a pensar por qué. Yo tenía un vínculo sentimental por lo que había significado en algún momento para mi papá porque además, cuando murió, le hicieron un homenaje y yo fui y me gustó estar ahí. Después sentí que no había representatividad y hoy yo no siento la necesidad. Igual, agradezco a los periodistas y a los profesionales de la comunicación que se afilian y luchan por nuestros derechos. Más en una profesión en la que a veces reclamar es complicado porque uno está expuesto y tiene contacto directo con el poder. La gente también te está escuchando o mirando y te va a tildar de una cosa u otra. No es fácil ser sindicalista y periodista, me saco el sombrero frente a los compañeros que realmente lo creen. Ahí está el negro Daniel Lema que es un tipo que ha laburado un montón. Hoy no siento la necesidad de estar, tal vez mañana sí.


¿Considerás necesaria la formación en periodismo?

- Sí, creo que es importante. No es una condición obligatoria, hay que tener un montón de disposiciones que también son necesarias como por ejemplo: el interés, leer mucho, saber y entender que el fin último es la gente y no somos nosotros; y no es ser famoso ni conocido, ni trascender, sino la gente. Entiendo que el estudio del periodismo es importante, que los tiempos que corren son muy desafiantes, que la profesión va cambiando mucho, que hay mucha incertidumbre en el futuro del periodismo y sus plataformas, en el periodismo y su manera de presentarse ante la audiencia; y que eso requiere estar formado para las vicisitudes del futuro. Siempre me pregunto cómo hubiese sido mi destino profesional si hubiese estudiado la Licenciatura, es algo que siempre me lo planteo. Creo que es importante, creo que no es lo único. El título de licenciado en comunicación no te hace periodista.


¿Tenés pensado hacer la Licenciatura?

- Hice un año pero después dejé porque surgió la oportunidad en la radio. Prioricé el tema de la experiencia laboral. Hoy en día si tuviera que estudiar no estudiaría comunicación. Estudiaría cosas que me nutran de cuestiones cotidianas con las que tratamos los periodistas. He pensado en hacer ciencias políticas u otra carrera.


¿Qué consejo le darías a los periodistas jóvenes para insertarse en los medios?

- La verdad es que me siento muy prematura para dar consejos o recomendaciones, pero lo que a mi me gustaría regalarle a los jóvenes como yo es que realmente lo hagan con el compromiso de que están trabajando para la gente. Conozco muchos periodistas jóvenes o estudiantes de periodismo que lo que quieren es trascender. Si tu objetivo es trascender me parece que el periodismo no es la carrera. Creo que para ser un buen periodista hay que ser buena persona y para eso se necesita mucha empatía y entiendo que mi consejo o regalo que me gustaría darle a los periodistas nuevos es que no pierdan el foco de que el objetivo es la gente, contribuir a darle la mayor y mejor información a la gente para que pueda tomar buenas decisiones. Ese es el fin último del periodismo, todo el resto me parece que son adornos.


Trayectoria y referentes

Magdalena tiene 27 años y hace siete que empezó a ejercer el periodismo. “Mi primer laburo como periodista fue en el semanario Crónicas, cubría política y sociedad”, recordó. Tiempo después entró a radio Sarandí, donde trabaja actualmente, y a Montevideo Portal; estuvo en paralelo haciendo prensa escrita y radio.


Su llegada a Canal 4 se dio luego de dejar Montevideo Portal. Empezó trabajando en el noticiero y recientemente se sumó al equipo del magacín conducido por Claudia García, Buen Día. En radio Sarandí trabajó como productora de Viva La Tarde, hizo algunas horas de aire y suplencias y hoy coconduce ese programa con Kairo Herrera, además de encargarse de la producción general.


“Mi gran referente profesional fue Claudio Paolillo porque, más allá de su relación con papá, tuvo muchas situaciones en las que fue muy solidario conmigo”, reconoció. “Además, me parece que era un tipo con una pluma impresionante”, agregó. Recordó también que tuvo la oportunidad de asistir al último año que Paolillo dio de la escuela de periodismo de Búsqueda: “unos meses antes de morir estuve en su curso y me di ese gustito de ser alumna de Claudio Paolillo a quien siempre admiré”, concluyó.


Una de las coberturas periodísticas que más le gustó hacer fue para la radio, cuando tuvo que viajar al Congo: “para mi fue muy movilizante a nivel profesional porque fue salir de la zona de confort y exponerme a un montón de situaciones a las que yo no estaba acostumbrada”, comentó. “Soy muy fanática de las historias mínimas, de las historias sociales que entiendo que generan empatía o que tal vez no bajan de un puesto a un ministro pero sí son investigaciones en las que la gente puede entender realidades de otros o que se exponen realidades que están siendo vulneradas y necesitan atención”, agregó.

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