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#PeriodistasUy: Alfredo García: “si el sindicato tiene posturas que no te gustan, metete y cambialo”

Conversamos con el redactor responsable del semanario Voces y panelista del vespertino de Teledoce, Esta Boca es Mía

Rodrigo López

Cree que el periodista no puede dejar de lado su ideología, tiene un gran sentido del humor y La República no es un diario que le guste. Alfredo García fue y es un autodidacta en el periodismo, está al frente del semanario Voces y participa, por ahora, como panelista en Esta Boca Es Mía.


Entre lo escrito y lo televisivo

En 2004 creó el semanario Voces, producto de una mezcla de “voluntarismo” y “manija”. Nunca le interesó trabajar en La República pero tuvo la intención de crear un medio de izquierda: “debo ser uno de los pocos periodistas de mi generación que no pasó por La República”, comentó Alfredo.


Contó que cuando comentó la idea de armar su propio semanario, sus amigos pensaban que estaba loco. Un amigo le prestó 4 mil dólares y destinó al semanario lo que tenía ahorrado para su fiesta de cumpleaños número 50. “El primer número fue cinco días después de la muerte de (Líber) Seregni”, recordó.


Alfredo y el resto de los periodistas que iniciaron el semanario no creían que iban a durar tanto: “Jorge Lauro había hecho una planificación hasta las elecciones; nos entusiasmamos tanto que seguimos de largo. Hace 16 años que estamos en esto”, contó.


El semanario Voces no implementa la suscripción por imposición, su contenido es de acceso libre pero piden colaboración. “Somos mangueros por naturaleza”, bromeó. “Cuando empecé con lo digital me encontré con unos gurises que sabían más que yo. La frase que me dijo uno de ellos fue: ‘lo digital es libre o no lo es’. Mi práctica de turista digital dice que si hay algo que te pone trabas, te vas”, explicó.


“En nuestro caso apostamos a que la gente tenga libre acceso y que los que consideran que este medio sirve para algo, aporten. Voces ha funcionado con trabajo voluntario de la gente, no tenemos periodistas rentados. Todos los periodistas que laburan en el semanario tienen otros laburos, otros ingresos. O son jubilados o tienen renta, no sé cómo viven”, contó. “No significa que reniegue de lo que hacen otros, cada uno hace su negocio”, aclaró.


El contenido de Voces no sólo se difunde en formato digital, siguen apostando al papel por su “permanencia”. “El peso del papel sigue teniendo una cuestión en la concepción, lo digital ya no es efímero, sin embargo, el papel tiene una concepción de permanencia. Es un mecanismo psicológico. ¿Cómo funciona? Necesito a alguien que lo analice porque no lo termino de entender”, consideró. “Vamos a seguir siendo de acceso libre, queremos más gente que aporte, seguimos siendo absolutamente artesanales”, advirtió.


Hace un par de años, Alfredo decidió incursionar en televisión, más precisamente en el vespertino de Teledoce conducido por la periodista Victoria Rodríguez. “A Esta Boca Es Mía había ido como invitado por el tema Mujica, y aparentemente gustaron los disparates que dije”, admitió. Piensa que habla mucho pero corto, con frases cortas pero contundentes: “se nota que ese estilo a nivel televisivo rinde”, opinó.


Sobre su continuidad en el programa advirtió que está en duda. “Había dicho que iba a seguir hasta las elecciones departamentales; me están amenazando de muerte, me dicen que no me puedo ir”, bromeó. Las razones de su retiro tienen que ver con que piensa que cumplió un ciclo y no quiere aburrir. “Nadie es tan ingenioso, inteligente y creativo como para estar toda la vida haciendo lo mismo”, explicó.


¿Cuál es tu vínculo con el Frente Amplio?

- Soy frenteamplista independiente desde hace muchos años. Pasé por muchas organizaciones dentro del Frente Amplio y me fui de todas. Soy votante, pero no tengo ninguna vinculación oficial. Ni el medio nunca tuvo una vinculación oficial. El primer número se llamó Voces, había un diario de estudiantes de la ORT que se llamaba Voces, me llamaron para avisarme que tenían el nombre registrado y que no lo podíamos usar. Ahí nació Voces del Frente. Dos o tres años después me avisaron que dejaron de sacar el diario y ahí rebobinamos y volvimos a ser Voces, cosa que tenía varias ventajas: a los ojos de mucha gente que nos veía como un pasquín izquierdoso les dio mayor apertura. La gente de izquierda y el gobierno no nos podían dar publicidad porque parecía que estaban apoyando a un medio partidario, y la gente de derecha no iba a apoyar a un pasquín de izquierda, en definitiva, salíamos perjudicados por todos lados. Volvimos a lo que queríamos y logramos lo que siempre pensamos, tener un nivel de apertura y pluralidad que es poco frecuente en el periodismo uruguayo.


¿Tuvieron algún problema con el Frente Amplio por alguna nota publicada en Voces?

- Varias veces. Nos llamaron, nos putearon, hasta que un día me calenté y escribí que no se aceptaban llamados. Si tenían algo para decir lo mandaban y lo publicábamos pero que no nos llamaran más. No llamaron más. Parece que el mensaje llegó. El problema mayor fue con el libro del Pepe, el Coloquios; era año electoral, tenía publicidad del Frente (Amplio) contratada que la retiraron. En algún lugar del interior hicieron boicot al semanario Voces, decían que yo quería hundir a Mujica, a veces la gente es tan obtusa, porque era todo lo contrario (ríe). La izquierda en primera instancia no daba ni dos pesos por nosotros, después hubo intentos de cooptación, cuando vieron que no éramos fáciles o rebeldes, se dieron cuenta que no podían cooptarnos y nos ignoraban o trataban de darnos para atrás. Pero sobrevivimos.


¿Qué le dirías a los periodistas que piensan que el periodismo y la militancia van por carriles separados?

- Que son unos ilusos. Todos tenemos ideología, hasta los que ni saben o no asumen la tienen. Esa cuestión del periodismo objetivo es un verso, es un gran mito que no existe porque todos tenemos valores, principios y pensamientos que los trasladás a lo que hacés. El tema es si tenés la suficiente apertura mental como para enfrentarte o reproducir todo lo contrario a lo que vos pensás. Uno tiene que ser honesto, y ser honesto implica respetar al que piensa distinto. No voy a negar nunca mi condición de hombre de izquierda. A pesar de todos los desastres que hicimos como izquierda, soy orgullosamente de izquierda y lo sigo reivindicando, pero eso no implica que no respete al que piense diferente. Creo en la lucha ideológica. La síntesis del pensamiento se hace en base al enfrentamiento de diferentes posturas y no me cuesta darle la razón a quien piensa diferente. Eso es una escuela de Búsqueda que viene del periodismo norteamericano: el periodismo profesional distante del poder; es un verso. Creo que en el Uruguay marcó esa impronta Búsqueda. Antes el periodismo era partidario, como reacción a eso, era tan partidario que un blanco jamás escribía en un diario colorado y viceversa. Ahora en El País encontrás a (Julio María) Sanguinetti escribiendo. Antes eran compartimentos estancos. Frente a esa reacción, Búsqueda empezó a abrir el espectro de los profesionales, todo el mundo empezó con esa cuestión profesional. Además, el periodismo partidario era muy malo, y sigue siendo muy malo, porque son pasquines. Son espantosos, son aburridos, no los leen ni sus propios seguidores. El periodismo tiene que tener un atractivo desde otro punto de vista. A mi no me ha trancado que gente de todos los pelos haya aceptado escribir o ser entrevistados en Voces, al contrario. No hay que tener mala leche. Si vos vas en la onda de tratar de jorobar al otro, lo podés hacer pero es de patas cortas. Yo voy a entrevistar y discuto periodísticamente pero no tergiverso cosas, no le cambio el sentido, no corto y dejo lo que me interese. Eso hace que la gente entienda que vos podés hacer periodismo teniendo una posición filosófica y eso te da credibilidad.


¿Por qué un periodista publicaría algo que perjudique al partido político que apoya?

- Suena muy panfletario pero la verdad siempre es revolucionaria. La verdad es la verdad. Si metiste la pata, metiste la pata. Capaz que sos un compañerazo pero metiste la pata, y bueno, asumilo. Trato de ser creíble, de lograr credibilidad. Creo que no me debe quedar nadie de los líderes importantes de los partidos tradicionales sin entrevistar. No he tenido problema. Algunos de ellos en un momento dicen “pará esto no” y era fuerte, pero dijo no, y eso no fue. Estoy pensando en (Julio María) Sanguinetti y (Luis Alberto) Lacalle padre, me acuerdo de ellos dos. Ellos saben qué no fue. Podría haber sido bárbaro, pero me dijeron que no y creo que ahí está el respeto al otro, y vos lográs un nivel de credibilidad en la medida que actuás de buena fe. No significa que no lo confrontes y que no hagas preguntas incisivas. Cuando me enfrento a alguien como periodista tengo que ver qué me interesa saber, y discuto, y después me doy cuenta de quién es, pero no me importa. Ahí te olvidás de la barrera ideológica. He apretado tanto al Boca Andrade como a Guido Manini Ríos.


Del 1 al 10, ¿qué puntaje le pondrías al gobierno actual y por qué?

- ¿No puede ser menos de 1? Porque me acusan de mamadera de (Luis) Lacalle (Pou); tengo que tener mucho cuidado porque sino pierdo prestigio (ríe). El gobierno actual se comió un choclo de la gran flauta, eso no se lo deseás a nadie porque se lo comió él y se lo comió el país. Creo que desde el punto de vista sanitario está actuando muy bien. Nadie puede negar que se están dando recursos y apostando a un control. Pero desde el punto de vista económico está macheteando, ahí el presidente muestra la hilacha. Él cree que los empresarios son los motores de la economía y hay que apoyarlos, cree en esa teoría. Creo que no es tan así. Está macheteando con un montón de gente que está pasando muy mal. Acá hay un montón de gente en la lona, 85 mil personas en seguro de paro, están ganando la mitad o menos de lo que ganaban antes. Hay algunos empresarios que ya se hicieron los locos. Se dieron cuenta que algunas cosas estaban de más y empezaron a restringir. Afloran las ollas populares porque la gente estaba muy mal, sí, estaban muy mal; pero vivían al día, se les acabó eso y se quedaron sin morfi. Si te tenés que endeudar más, te tenés que endeudar; es una emergencia nacional, es mundial. De alguna forma saldremos después. Hay una dicotomía, sanitariamente está actuando bien y desde el punto de vista económico está siendo demasiado conservador. Dicen “duplicamos la tarjeta, sí 1200 le da 2400”. Yo te doy 2400 mangos, Lacalle Pou, y a ver cuánto tiempo vivís, no me jodas. Económicamente está pesando demasiado el tema de cuidar los números frente a una situación. Ahí está teniendo no toda la sensibilidad social que tendría que tener. Un 4 o 5 le daría, porque lo económico está pesando muchísimo. En lo sanitario un 9 y en lo económico un 3.


¿Y aprueba o no aprueba? En la Universidad de la República se aprueba con 3...

- Te lo digo después de que pase la pandemia (ríe). Después de la temporada turística va a ser mucho más fácil ver qué pasa.


¿Cuál es tu vínculo con la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU)?

- Estuve en APU hasta que me volví empresario, porque Voces es una empresa unipersonal. Un exitoso empresario de medios, poné las comillas por favor (ríe). Como empresario no puedo ser afiliado de APU.


Pero sos empleado de una productora y podrías ser afiliado por ese lado...

- No lo había pensado, capaz que puedo volver. Si vuelvo voy a la presidencia, si Fabián (Cardozo) pudo, yo puedo (ríe). No tengas ninguna duda, conmigo el sindicato funcionaría de otra manera. No sé si no es incompatible. Lo voy a llamar a Fabian y le voy a preguntar.


Para eso tenés que seguir en Esta Boca es Mía...

- A vos te mandaron de la producción (ríe).


¿Por qué creés que hay tantos periodistas no afiliados?

- Los periodistas nos creemos que somos unas estrellas bárbaras, somos todos genios, todos premios pulitzer. Y me comí la pastilla de hacer la mía y yo soy ‘self made woman’, ‘self made man’, y yo me hago y me sé defender. Creo que los individualismos en el periodismo pesan y el argumento que muchos dicen, entre otros varios de tus entrevistados: "no, porque difiero con los métodos", macho metete adentro y cambialo. Estamos tan cerca del poder, salimos en televisión y somos conocidos, y firmamos. ¿Y el gráfico?, ¿El que hace que imprima el diario?, ¿El camarógrafo que está atrás y hace que tu jeta salga en la tele? No aparece el nombre y nadie lo conoce. Nosotros pensamos que somos especiales y no precisamos de una asociación sindical. Somos seres absolutamente individualistas y las empresas fomentan eso. Me parece que es un gran error que lo está pagando mucha gente, los están echando, no seas salame. Si el sindicato tiene posturas que no te gustan, metete y cambialo.


¿Pensás que en algún momento la situación va a cambiar?

- En algún momento se van a tener que avivar los periodistas, no se crean que son especiales, son iguales a los otros, son laburantes y mañana los van a echar. El hecho de que vos te hables con el presidente, con los ministros o los parlamentarios, no te hace especial. No sos vos, es el medio que representás. Si vos estás en El País es una cosa, si estás en el boletín parroquial Voces, es otra. No tiene nada que ver. Si estás en canal 12 es una cosa y si estás en la radio cooperativa de La Teja ¿quién te conoce? Pero capaz que el de La Teja está haciendo mejor periodismo que vos. No seas malo. Desde ese punto de vista, les ganó la ideología. Sos un ser especial, sos individualista, vos lográs tu éxito. Sos un laburante y el instrumento para la defensa de los laburantes en este sistema es el sindicato, afíliate, no seas nabo.


¿Se puede vivir del periodismo?

- Si se afiliaran al sindicato sería un poco mejor la situación. Hoy por hoy el periodista saca fotografías, edita. Es muy difícil en Uruguay vivir bien del periodismo, hablando en términos dignos. Son pocos los que lo logran, la mayoría está laburando en algo y hace periodismo. O tenés dos, tres o cuatro changuitas periodísticas; y eso hace que la calidad periodística baje. ¿Por qué no se hace periodismo de investigación? Porque es muy difícil, no se paga, no hay dinero para eso. Es un tema básico. Como sociedad tenés que tener periodismo de investigación, de todos los temas. Como están dadas las condiciones, el multiempleo es una necesidad dentro y fuera del periodismo. Gente que trabaja en la UTE y hace periodismo. Si pensás que te vas a llenar de guita dedicate a otra cosa o si te interesa mucho la guita arrancá para las ocho horas en otro lado. ¿Se precisa periodismo en una sociedad? Sí. ¿Se precisa medios en una democracia? Sí. La democracia necesita medios amplios y plurales, de todo el espectro. Las sociedades más democráticas generalmente subvencionan a los medios para garantizar la amplitud. Yo tengo el modelo sueco en la cabeza, tienen un nivel de prensa de la gran flauta e incentivan la prensa local, nacional, todo, y tienen lectura papel. Tienen muy buen periodismo. Una mejor democracia necesita periodismo de calidad. ¿Cómo lo bancás? La gente aportando y el Estado subvencionando.


¿Considerás necesaria la formación en periodismo?

- Sí, claro, pero complementaria. Hay técnicas pero tenés que tener bagaje cultural. Eso hacían los viejos periodistas, tenían mucha lectura. Hoy consultás a Dios Google, y tenés todo lo que quieras en el momento, ahora es una papa. Hasta leer te evita que tengas faltas de ortografía. Yo tengo faltas de ortografía, me falta lectura (ríe). Creo que después de terminar la carrera tenés que encerrarte un año a leer, de todo, lo que se te cante. El bagaje de lectura es fundamental para el desarrollo periodístico. Soy de los que voy a entrevistar a una persona y veo todas las entrevistas que le hicieron antes, todo lo que hay publicado en internet. Me parece que para ser incisivo tenés que tener conocimiento. A los periodistas nuevos que tienen un montón de frescura y son mucho más irreverentes, tienen técnica pero les falta bagaje de conocimiento. No podés entrevistar a un tipo que escribió un libro sin haber leído el libro. El viejo (Pepe) Mujica una vez dijo: "a mi me mandan cada subdesarrollado"’, refiriéndose a los periodistas, y es verdad. Iban locos que se llevaban tres o cuatro preguntitas y le dicen algo y no tienen idea de qué están hablando.


¿Qué consejo le darías a los periodistas jóvenes para insertarse en los medios?

- Escriban en Voces, ¿cuándo empiezan? voces@voces.com.uy. Si sabés escribir, mandame algo y yo te lo publico. Somos una rampa de lanzamiento de muchos periodistas. Si realmente te gusta el periodismo, formate, no hagas boludeces. ¿Hiciste Licenciatura en Comunicación en la FIC, en la Católica, en la ORT? Bárbaro, te felicito. Ahora leé, leé mucho e insistí. Buscá un tema que te interese. Apostá a los temas que te atraigan. Si no ponés pasión en lo que hacés, lo vas a hacer mal. Tocá puertas. Nunca tengas miedo a golpear puertas. La mayoría de los periodistas del país entraron de carambola. Muchas veces entraron de casualidad. No hay puertas que no se abran. Se cerrará una pero hay otras que se abren.


¿Hay algún periodistas que consumas?

- Gabriel Pereyra y Leonardo Haberkorn. Más que nada para ver en qué me ganaron de mano. Es mucha envidia, con Gabriel tengo mucha envidia, es un ave, es una porquería. Lo que hizo con (Héctor) Amodio (Pérez) fue fantástico. No hay que sacarse el sombrero, diez veces hay que sacárselo. Con Gabriel nos conocimos en Las Bases cuando era un chiquilín. Y Leo también es bueno; es muy serio, muy consecuente. Yo había pedido una entrevista a (José Nino) Gavazzo, y hablé con él. Meses después me llama Leo preguntándome si le había pedido una entrevista, me dijo que estaba haciendo un libro. Yo no hice la entrevista, capaz que era un desastre. Me parecía que era mucho más valioso el aporte que él podía hacer. Es un perro perdiguero que sigue la huella. No tengo esa capacidad o esa voluntad. Él tiene las dos cosas. Y fue bueno el libro, mucho mejor que el que escribió Gavazzo, el mundo de fantasía de Gavazzo (ríe). También me encanta Ana Laura Pérez, hace poco periodismo escrito pero hace periodismo. Es brillante. Yo aprendo con Ana Laura, enfoca las cosas desde otro ángulo. Paula Barquet me parece que es buena. Gerardo Tagliaferro siempre me competía, me ganó de mano más de una vez. Pensás en la misma sintonía. Hay una camada de gente joven de cuarenta y pico que viene bien y creo que hay una camada de gente joven que le falta lectura.


Su trayectoria

En el año 1981 y “de casualidad”, le hizo una entrevista al escritor Augusto Roa Bastos. “Estaba en Estocolmo, me acerqué y le pregunté si lo podía entrevistar. Le hice seis o siete preguntas. Armé una nota y me dio por mandársela a Opinar, y en noviembre de 1981 salió publicada la revista; y ese fue mi debut”, recordó. “El año que viene cumplo 40 años de debut en periodismo escrito”, advirtió.


Desde el principio fuiste tu propio director...

- Estaba desesperado. Yo quería estudiar periodismo. Acá estudié derecho, me fui a la miércoles cuando vino la dictadura, iba a hacer historia, la cosa se complicó y me fui. No me fueron a buscar nunca pero estabas ahí, estaba inseguro. Me quedé en Suecia, quise estudiar periodismo allá y no pude porque había una prueba de ingreso y uno de los exámenes era sueco. Yo hablo, escribo y leo sueco pero nunca iba a poder competir con un sueco en escritura, entonces desistí. Allá la escuela de periodismo era muy reconocida, limitado el ingreso. Me quedé con ganas pero la veta periodística siempre me gustó y a partir de eso intenté hacer algo y surgió con esa nota.


En 1984, época en la que “todos los días pasaba algo: liberaban presos políticos, hacían manifestaciones, gente volviendo del exilio”, Alfredo se encontró con Gonzalo Carámbula con quien recuerda que había peleado mucho durante su carrera universitaria: “él era bolche y yo era GAU (Grupo de Acción Unificadora)”, apuntó. “Me dijo que estaba por sacar un diario, le dije que yo escribía, me pidió que le llevara lo que había escrito, se lo llevé y me integré a Cinco Días, un diario que duró 21 días porque lo clausuraron”, contó.


Alfredo contó que, mientras escribía para Cinco Días, participó del comité de prensa de la liberación de Liber Seregni. “Me dio por preguntarle ‘¿qué se siente General?’ y el loco entró a hablar, habló como diez minutos y yo lo grabé”, recordó.


¿Y cómo viviste ese momento?

- Era una especie de emoción, tenía ganas de llorar, una sensación muy ambigua, muy poco profesional. Era más militante que periodista. El loco habla, nos vamos, y yo agarro el cassette y le digo a un compañero: "llevá esto al diario y que lo desgraben". Al otro día salió la nota. Muy poco ético porque se supone que yo estaba en el comité de prensa, que eso tendría que haberlo editado y distribuido para todos los medios y yo se lo mandé a mi medio, una gran calentura al otro día de otros medios. A raíz de eso me mandaron a la conferencia de prensa de Seregni. Esa fue una picardía. Los de El Día y El País estaban re calientes porque un diarito de miércoles les había garroneado una noticia que era la noticia del día.

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