Marcelo Nougué, vocero de la agrupación, aseguró que el nuevo gobierno cometió mismos errores que el anterior
Por Facundo Verdún
El movimiento Un Solo Uruguay (USU) continuó trabajando durante este año de pandemia y según dijo su vocero, Marcelo Nougué: “definimos desde marzo parar casi todas las actividades presenciales. Hemos concentrado las baterías en generar documentos, propuestas y hablar de las cosas que vemos que no están cambiando en el sentido que nosotros creemos necesario”.
Desde la asunción del nuevo gobierno se reunieron una sola vez con sus autoridades, específicamente con Azucena Arbeleche, ministra de Economía, y en otros momentos presentaron distintos documentos a lo largo del año: “uno sobre la Ley de Presupuesto y ahora estamos preparando uno sobre (el Instituto Nacional de) Colonización”, aseguró Nougué a Portainfo.
En la discusión de la Ley de Urgente Consideración (LUC) asistieron a un encuentro con la comisión de senadores para exponer los temas que querían incorporar y manifestar que algunos “se venían modificando en el sentido contrario” al que creían necesario. El resultado obtenido no fue el esperado, según explicó el vocero: “obviamente que no nos dieron pelota ninguna- como corresponde- ni incorporaron ninguno de los puntos que habíamos planteado”. Pero eso no los desanima: “la opinión la damos, los planteos los hacemos públicos y vamos a seguir trabajando”, sostuvo.
Sobre el ministro del Ministerio de Ganadería, Carlos María Uriarte, aseguró que “hay mejor predisposición al intercambio (que anteriormente), sobre todo de dudas, no tanto de políticas o de gestión”. Comentó que no esperaban un trato especial y que “capaz había más expectativas, desde afuera, de que el movimiento participara en algo pero nunca fue nuestro objetivo”.
Omisión
Nougué resumió los reclamos que aún no han sido atendidos: las tarifas, el combustible y la espera de inversiones extranjeras con beneficios fiscales. “El presupuesto lo seguimos bancando vos y yo con los impuestos, esa inversión extranjera no cambia nada para nosotros”. Además, aseguró: “Si cada inversión va a ser con beneficio fiscal no sé quién va a terminar pagando las cuentas, porque los que estamos hoy nos vamos a cansar y no nos van a dar los números. Hay que aflojarle un poco a la gente”.
Para el vocero, con la pandemia hubo una pérdida importante de empleo y lo importante es ver cómo recuperarlo. “Nosotros vemos muy difícil que las expectativas económicas que tiene el gobierno se cumplan con estas condiciones”, advirtió.
Sobre los cambios anunciados previamente, lamentó comunicar que “en un 80-90% no se están generando. Seguimos con los mismos problemas que había antes: seguimos siendo un país con altos costos de producción, tarifas caras, sistema político muy caro para el país, baja competitividad”. Por lo que se discute en el presupuesto y en el Banco Central, “el lineamiento es seguir medio en lo mismo, tratar de promover el consumo sin bajar los costos de producción. En lineamientos generales no ha cambiado más que una intención de prolijidad en el gasto, se plantea un acuerdo de que ‘de esto se sale con el impulso de los privados’ y no con lo público como había sido hasta ahora”. A pesar de eso reclamó que “todavía faltan cambios de fondo importantes”.
Presupuesto
Respecto a la discusión del presupuesto y sus demandas, aseguró que los planteos siguen siendo los mismos que en el 2018, porque tanto este presupuesto como en el anterior (2015-2020), “estaba basado en un crecimiento moderado del gasto, apuntando a la reactivación económica a través de la inversión privada; y que con eso uno iba a ir generando empleo y achicando el déficit fiscal. Las bases teóricas son muy similares, cometen el mismo error”.
“Lo que nosotros decimos es que hoy no están dadas las condiciones ni para generar empleo ni para que vengan los inversores”, resumió el vocero. Algunos economistas independientes aseguran que “la recuperación famosa que se esperaba será mucho más lenta de lo esperado”, y eso no es buena noticia para la agrupación. “El tema es que Uruguay sigue siendo caro en producción, no solo agropecuaria, sino industrial, de turismo y servicios. En la medida de que somos caros para producir, si no hay retorno seguro, nadie invierte”, lamentó.
Sobre el cambio planteado por este gobierno, reconoció que “es cierto que se presenta como más eficiente en el gasto, que va a eliminar gastos superfluos”, aunque afirmó que “está generando otros gastos: 13 oficinas o direcciones de género, un ministerio nuevo, fortalecimiento de unidades de control y contralor”. “Bajarán el gasto en un montón de tareas pero generaron otras áreas de gasto y en definitiva no disminuye el gasto público que es lo que más necesitamos”, aseguró.
Su mayor exigencia es un Estado “presente pero sin tanta burocracia, tienen que desarmar parte de la burocracia que ya existe, porque si cada gobierno que entre va a poner su impronta arriba de lo que ya está, el gasto siempre va a aumentar”. Otra demanda es facilitar las condiciones al emprendedor para que arriesgue y al inversor para que le sea más fácil invertir.
Clima
La expectativa del sector agropecuario para afrontar la situación actual de sequía es muy negativa. “Estamos en época de siembra y no ha llovido nada”, lamentó. Explicó que el sector agropecuario de este país depende del clima y de los precios internacionales. “Vos no podés tener un sistema de producción a nivel país dependiendo de eso. Los precios de la soja están acompañando pero no el clima, entonces si no se acomoda el agua, el país puede recibir otro golpe”, advirtió.
A principios de año redactaron un documento con un conjunto de medidas recomendadas para afrontar la situación de sequía de ese entonces. Para el vocero, Uruguay tiene que dejar de ser un país que toma medidas que difieran según la situación de sequía año a año y pasar a tener disposiciones que “se disparen automáticamente apenas haya seca”. Entre las medidas, estaban el aumento de plazos en los pagos, generar líneas de crédito blandas, entre otras. “Reflotaremos ese documento, hecho hace seis meses y entregado en la comisión de Ganadería de diputados, ya que no implementaron ninguna de esas medidas aún”, denunció.
Futuro
“El movimiento va a seguir mientras haya fuerza, mientras haya alguien dispuesto a levantar la bandera”, afirmó Nougué. Su pelea es, según dijo, por más libertad, por entender que el país crece por trabajo y con empresas y para eso necesitan un Estado presente pero no tan burocrático. “El día que quien quiera iniciar un emprendimiento pase por una oficina y quede todo pronto, podemos dar nuestro trabajo por terminado”, sentenció.
Observando los grupos que integran el movimiento, reconoció que “hubo una luna de miel con el gobierno, muchos planteaban esto de que hay que esperar y que todo lleva su tiempo”. Ahora “hay algunas cosquillas, pasó la LUC y pasó el Presupuesto y nada ha cambiado”. Por otro lado, explicó que esa “luna de miel” pasa en todos los países y sistemas políticos y recalcó que “el movimiento no estuvo nunca embanderado con ningún partido político, los tambos siguen cerrando y les seguimos exigiendo las mismas medidas a este nuevo gobierno”.