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Portainfo

Octubre es el mes de la sensibilización sobre el cáncer de mama

La fundación Amamas cumple un rol fundamental en el acompañamiento de las mujeres que sufren una mastectomía

Foto: María Brufao

Para poder aportar el acompañamiento con el que ambas contaron durante su lucha contra el cáncer de mama, Andrea Engerman y Mónica Batalla crearon el proyecto Amamas. Mientras compartían la inquietud de la falta de grupos de acompañamiento como los de Montevideo que supieron acompañarlas, en Las Piedras, surgió la idea de hacer uno ellas mismas. Cuando comenzaron en 2015 eran pocas, pero luego conformaron un grupo de Whatsapp y hoy son más de 60 personas que se acompañan antes, durante y después del proceso.


Se juntan los miércoles y la pandemia no ha impedido sus reuniones ya que se encontraban de a cuatro integrantes mediante videollamadas. Engerman explicó que se operó en 2015 y Batalla la acompañó mucho con todas las cosas que suceden mientras estuvo en el proceso de quimioterapia: “Me servía ver a alguien que ya había pasado por todo eso y ahora está bien. Me daba aliento”.


A tejer

En 2018 su mastólogo, Carlos Acevedo, en congreso en EEUU vió un stand con objetos tejidos que distinguía dentro de un mar de aparatos modernos y decidió investigar sobre qué se trataba. Las encargadas le explicaron que eran prótesis mamarias para las personas que habían sufrido una mastectomía, tejidas por voluntarias y con la guía de la fundación norteamericana Knitted Knockers -traducible como “senos tejidos o de punto”-. A su retorno, el médico les comentó la idea y ofreció financiar el inicio del proyecto si ellas estaban dispuestos a llevarlo a cabo en Amamas.


Desde que comenzaron llevan entregadas alrededor de 1200 prótesis y actualmente continúan tejiendo para tener en stock. Año a año se acercan a su objetivo que es “que todos los departamentos tengan un centro donde puedan acceder a las prótesis. Que en las mutualistas haya, y sino que esté nuestro número que nosotras nos comunicamos”, aseveró Engerman.


El producto que generan es gratis, cómodo, lavable y tiene muchos beneficios. “Es una buena opción si estás esperando a que te hagan la operación de reconstrucción o decidiste no hacerla. Vienen en pares, en una bolsita con una tarjeta que contiene nuestros números y el nombre y contacto de quien tejió la prótesis. Por lo general las personas que la reciben se comunican con quien les tejió y así es como vuelve”, explicaron.


El Correo Uruguayo les facilita los envíos, pueden llegar a cualquier lugar del país y el costo del traslado no es un problema para ninguna de las partes. Como hay producción constante, a veces se envían dos talles de prótesis para que quien la recibe a domicilio pueda probarla adecuadamente. A futuro quieren conseguir un local en Las Piedras, con espejos y probadores, para que la gente pueda elegir la prótesis más cómoda e íntimamente.


El proyecto generó sus réplicas a lo largo y ancho del país, dentro de la comunidad inicial de Las Piedras hay 10 tejedoras, 14 en San Ramón y en Montevideo hay 10. Además, la organización “Mujeres que celebran la vida” en Rivera que entregan todos los pedidos en el Norte, en Treinta y Tres el grupo “El Colibrí”, y en Cerro Largo “Mamitas Arachanas”.

Engerman reconoce que gracias a la cooperación de todos los grupos pueden trabajar en red y se comunican si hay talles que se necesiten.


El grupo de San Ramón va a hacer una intervención por el mes del cáncer de mama el 18 de octubre y estará acompañado por las otras comunidades. “Octubre es el mes del cáncer de mama y queremos concientizar de que le puede tocar a cualquiera”, reconoció María Brufao, voluntaria de Montevideo.


Su comunidad se junta en el Mercado del Inmigrante, donde no sólo tejen sino que exponen las prótesis y están a disposición de cualquiera que se interese en el proyecto al pasar. “La gente mira y no pregunta a veces, por miedo. Los niños sobre todo nos dicen: ‘¿es un amansalocos?’”, narró.

De ida y vuelta

“En Amamas veo una acción directa que nos hace bien a las dos partes, vemos que tejiendo- que ya es una terapia para nosotros- ayudamos a personas que están sufriendo una situación complicada”, explicó Brufao.


Engerman afirmó que lo importante es la comunidad generada, y que “entre todas se acompañan, a las tejedoras les hace muy bien, es un ida y vuelta, ellas se apoyan en nosotras también”. “La gran mayoría somos jubiladas que dedican un poco de tiempo a este proyecto”, comentó Brufao. Para su grupo la pandemia afectó mucho, como no se podían juntar algunas se llevaron hilo pero otras estaban muy deprimidas.


Recordó que se encontraron con personas que hace 10 años que se ponían una media o una bolsita con arroz y que “cuando le entregamos la prótesis como un regalo y hecha con amor, no pueden creer. Nosotros tampoco, con algo tan simple cambiar sus vidas, es increíble”.


Su acompañamiento no se limita a las prótesis, al seguimiento de los casos de cada persona o a la escucha, sino que trabajan para mejorar día a día la experiencia: “Tenemos algunas pelucas para ofrecer también, hicimos un curso de inteligencia emocional para poder acompañarnos mejor”, comentó Engerman.


A tener en cuenta

Según un informe publicado en mayo por la Comisión Honoraria de Lucha contra el cáncer, entre 2012 y 2016 se registraron anualmente en promedio 1926 casos nuevos de cáncer de mama y fue la causa de muerte de, en promedio, 670 mujeres por año en el mismo período. También se destaca en el documento que, “en mujeres, por lejos el cáncer de mama es el que posee la mayor tasa de incidencia y también de mortalidad”. Además: “Las muertes por cáncer constituyen aproximadamente un cuarto (23.7%) del total de las defunciones registradas en Uruguay cada año (estas cifras corresponden al 2018)”.


Como afirma la página web de la Organización Panamericana de la Salud, cada año, 15.000 uruguayos son diagnosticados con alguna patología oncológica. Las mujeres mayores de 50 años pueden realizarse la mamografía sin costo cada dos años y quienes deseen controlarse pueden acceder al día libre en sus trabajos sin perder la remuneración correspondiente. Si son diagnosticadas con cáncer de mama acceden a tratamientos de radioterapia y quimioterapia abonando solo un timbre profesional y todos los fármacos de alto precio con evidencia científica asociados a la patología son financiados por el Fondo Nacional de Recursos.


Allí se destaca la importancia del diagnóstico oportuno y, en caso de ser necesario, por edad o por recomendación médica, los controles de tamizaje. Además recomiendan la realización de una mamografía entre los 50 y los 69 años, edades en las que suele manifestarse la enfermedad.

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