El proyecto comenzó a pensarse en diciembre de 2019, previo a la temporada de verano 2020, se llevó a cabo con un plan piloto en Maldonado y hoy buscan llegar a las puertas de las empresas con sus colilleros
Las colillas de cigarros son un gran problema de contaminación en el mundo para el medioambiente. Uruguay no es ajeno a ello, por eso, Joaquín Bentancor, un joven de 18 años, en una convocatoria en la explanada de la Intendencia de Montevideo (IMM) el 5 de junio de 2019 por el Día Mundial del Medioambiente, visualizó el comportamiento contradictorio de muchas de las personas que se encontraban allí manifestándose en contra de UPM, ya que arrojaban las colillas de sus cigarros al suelo. “Sentí en ese momento que mi presencia en el lugar tenía que ser de otra forma, así que compre un guante en la farmacia de la esquina, y con una botella que tenía en la mochila estuve durante 45 minutos recolectando las colillas que estaban tirando y las que ya estaban presentes en el lugar. En 45 minutos llené una botella de 1 litro y medio”, explica Bentancor, que más incómodo aún por todo lo que estaba sintiendo, pidió la palabra en el micrófono para dar un mensaje a esa gente: "estamos pidiendo algo por el medioambiente y sin embargo estamos tirando algo al suelo que es un residuo". De esa participación en plena manifestación fue que surgió No Más Colillas Uruguay; el joven se reunió con compañeros y compañeras de su liceo, unos 10 en total, crearon la cuenta de Instagram y salieron a la calle.
En el momento en que surgió el proyecto, estaba abierto “Montevideo Decide”, la plataforma digital de la IMM en donde las y los montevideanos tienen la oportunidad de presentar proyectos e ideas que tengan impacto en la sociedad. Bentancor cuenta que se tomaron unos días para armar la cuenta de Instagram y faltando siete días para el cierre de presentaciones de ideas, formalizaron la propuesta y se postularon, con la esperanza de alcanzar los 500 votos mínimos requeridos para que la idea continuara por las distintas etapas.
“Lo presentamos con ese miedo de que no nos conocía nadie, y en 36 horas logramos llegar a los 500 votos requeridos. Ese fue el primer empujón y nos dio la impresión de que realmente existían personas con ganas de colaborar” mencionó el joven.
Pasada la primera etapa, la IMM evaluó si el proyecto era viable. La respuesta fue positiva, pero no se contaba con el presupuesto inicial que requería No Más Colillas Uruguay (la propuesta incluía entre otras cosas, la creación de colilleros de metal), por lo que se habilitó una prueba piloto, la cual constaba de colocar una cierta cantidad de colilleros en alguna zona de la ciudad. La tercera etapa era pasar a votación de la ciudadanía nuevamente y si resultaba afirmativa, se concretaba. Según el joven, esa última parte fue más fácil que juntar los 500 votos, porque las personas ya “los conocían”.
No se puede esperar más
Si bien No Más Colillas Uruguay ya tenía el visto bueno por parte de la IMM y la ciudadanía, Bentancor tenía claro que todo el proceso de Montevideo Decide iba llevar un determinado tiempo. Tiempo que no se podía esperar de brazos cruzados, porque las personas siguen fumando, y por ende, contaminando. Es por eso que buscó una solución alternativa para los desechos de colilla con bidones de agua. Les colocaron chapitas para apagar los cigarros, distintivos que indicaran que eran para depositar las colillas allí y los instalaron en las paradas de ómnibus de la principal avenida de Montevideo. En total fueron unos 50 bidones colocados.
Esa experiencia se replicó en varios puntos de la capital e incluso en el interior del país, pero no fue exitosa, ya que “no se tuvo un control real de la cantidad de bidones colocados”, porque las personas que empezaron a colocarlos “no se hicieron cargo de ellos, pero sobretodo porque no se respetó la presencia de los bidones en la vía pública y a los tres, cuatro días, los 50 bidones estaban o rotos, ya no estaban, o los había llenado de residuos”.
Joaquín resalta que en todo eso negativo de la experiencia, ve lo positivo, el hacerse aún más visibles con el proyecto: “El impacto real fue poner el tema sobre la mesa y empezar a visibilizar la colilla del cigarro como un residuo, como un residuo altamente contaminante, y ese trabajo importantísimo de informar a la población de qué es realmente una colilla de cigarro, que fue lo que tratamos de hacer en ese período en el cual no funcionó el sistema de contenedores a base de bidones. Estamos posicionando a las colillas de cigarro como un residuo y se está empezando a cambiar la conducta en ciertas personas”, dijo.
La unión con Teko y la economía circular
Nicolás Montossi es el impulsor de Teko, un proyecto de economía circular que comenzó en 2019, presentándose ante la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) en un proyecto de “validación técnica , que brindan fondos para resolver incertidumbres técnicas, en este caso, industrial. Nosotros presentamos la idea de reciclar colillas”, según explicó.
¿Qué es la economía circular ?
“La economía circular consiste en utilizar residuos y darle un valor, lo que hoy consideramos residuos, sea plástico, cartón, basura, y hacer un proceso de reciclaje para que tengan un valor y pueda volcarse al mercado. La economía circular lo que sigue utilizando es la materia prima, y no genera nuevos residuos”, explicó Montossi.
En su caso, Teko se enfoca en las colillas, a raíz de un informe internacional, en donde se indica que las colillas son el plástico más esparcido en el mundo.
“Eso es un indicador, hasta ahora todos conocíamos las islas del plástico del Pacífico, del Atlántico, pero nadie dimensionaba el daño que estaban haciendo las colillas, que aparte es un daño efecto ‘hormiga’, porque se tiran en todos lados” mencionó.
El creador de Teko aclara la composición de las colillas: “Las colillas están compuestas de papel, el tabaco y el filtro que es de acetato de celulosa. Hay dos plásticos, los derivados del petróleo y los de la celulosa o de origen vegetal. Los acetatos de celulosa derivan de la madera. Son bioplásticos (viene de una fuente natural orgánica). Esto permite un sistema de reciclaje menos invasivo, porque se puede recuperar la celulosa. El desafío de reciclar las colillas, por un lado, eliminar las sustancias tóxicas, y después separar lo que es el tabaco y todos los compuestos orgánicos en él”.
Agrega que “cada colilla, contamina 50 litros de agua y libera 7 mil sustancias tóxicas; esto después termina en los océanos, porque las redes de saneamiento pasa por las cloacas y puede pasar por filtros pero siempre termina en el mar”. Es por eso que su proceso de reciclaje también incluye al agua: “vamos a purificar las aguas con carbón activo”, subrayó.
Para llevar a cabo su idea, Montossi necesitaba tener acopios de colillas para comenzar a generar ensayos, y así conoció a Bentancor con su proyecto de No Más Colillas Uruguay.
Hay tres conceptos dentro de la economía circular que son : reducir, reutilizar y reciclar. El símbolo de reciclar con sus tres flechas indican eso. Reducir es reducir la mayor cantidad de plástico posible, reutilizar es reutilizar todo lo que se pueda, y reciclar es por último lo que va a centro de clasificación dependiendo de cada cadena.
Verano 2020: el gran desafío
En diciembre de 2019 Montossi ya tenía acopios de colillas brindados por Bentancor, por lo que empezó a diseñar un plan piloto para el verano en el Este del país. Ante la pregunta de por qué en el verano, Montossi argumenta que era “el momento ideal por varias cosas, el volumen de acopio que se podía conseguir pero también para probar como lo recibía el público; realizar un trabajo de concientización muy grande, porque la temporada es el impacto más grande en las playas, en donde se junta más gente”.
El plan piloto consistió en la colocación de 120 unidades en Maldonado, Piriápolis, Punta del Este y Rocha (valizas, la paloma y la pedrera). Lograron juntar entre 100 mil y 200 mil colillas, que luego lograron reciclar con un proceso renovador, fabricando placas de distintos colores, resistencias y espesores y también fabricaron armazones de lentes. “La gente tiene que entender que el filtro es un plástico, es un acetato, en el momento en que vos recuperas eso ahí viene el abanico de ideas que se pueden hacer, es cuestión de ponerse ver”.
Para realizar el plan piloto, tuvieron que presentar el proyecto en la Intendencia de Maldonado, en la Comisión de Higiene y en los municipios correspondientes.
Colilleros Portátiles, solución parcial
Al culminar la temporada de verano en el Este del país y aún sin tener fecha estimada de comienzo de la implementación del plan piloto en la capital, les llegó un video a Montossi y Bentancor de un recolector de residuos que creaba colilleros y los vendía a voluntad.
“Es importante porque da una solución a la persona que está en movimiento, estamos reutilizando un residuo como lo es el bidón nuevamente, en este caso su pico y tapa”, dijo Bentancor, que además enfatizó: “no vamos a poder de un día al otro, colocar 10.000 contenedores en todo el país para que las personas tengan un contenedor para colillas de cigarros, entonces ahí es donde la responsabilidad personal de cada persona que fuma o no, tenga un colillero en su bolsillo para después hagan entrega de las colillas a nosotros o dejarla en un centro de acopio y que después sea destinada a Teko”.
Pretenden generar stock para además de venderlos en ferias o en determinados eventos, estén disponibles en kioscos.
La venta de estos colilleros es el único sustento hasta ahora del proyecto principal. Montossi aclara que si bien el proyecto de Teko comenzó patrocinado por la ANII, ellos sólo apoyaron la parte del reciclado, que era para resolver la contratación de profesionales, “el resto de financiamiento de gastos de la fabricación de los contenedores, va por cuenta nuestra”.
Plan piloto en marcha
Se colocaron 20 contenedores en la Plaza Seregni en el mes de julio (plaza elegida para la prueba piloto de Montevideo Decide). Son fabricados de caños de pvc de sanitaria, material elegido por Montossi porque se puede reciclar, pero quiere que a futuro sean de metal, como son los que crea la empresa chilena Imeko, encargada de fabricar los contenedores, recolectar y reciclar las colillas en ese país. Un mes después de la colocación, los 20 contenedores siguen intactos, no han sido vandalizados y además Bentancor, que recorre día por medio la plaza, nota que la gente tira sus colillas allí.
Ahora buscan expandirse; a raíz del éxito que tuvieron en la temporada de verano, y viendo la problemática que existe tanto en centros comerciales, hospitales o mismo en las calles de la ciudad, quieren plasmar esta experiencia de contenedores al ámbito público (Bancos, intendencias, seccionales), y privado. Van a alquilar los contenedores, van a estar colocados en la puerta del comercio, intendencia, hospital u otro lugar, con un servicio de recolección. Ambos quieren que la gente comprenda que por más que se implemente en una plaza “no le corresponde a la Intendencia ir y colocarle un colillero en la puerta de su local” y agregaron que “son soluciones que contemplan grandes espacios, las cosas adaptadas a cada uno se hace más difícil. Nos encantaría poder llevar a todos los locales y de forma gratis, pero es muy difícil soportar ese costo”.
A más de un año de la creación de No Más Colillas Uruguay, Bentancor busca que en su cuenta de Instagram la gente vea todo el proceso evolutivo y lo que han conseguido, sumado a concientizar y capacitar a las personas: “El logo simboliza reducir, reciclar y reutilizar. La idea de este cambio de imagen es dejar bien en claro lo que hacemos, cómo lo hacemos y hacia dónde vamos”, sentenció.
Consultados acerca de sus aspiraciones con el nuevo Ministerio de Medioambiente, esperan que se de un foco más centrado en lo que es la clasificación de residuos. Para ellos, el sistema de clasificación necesita cambiar y mejorar. “Tiene que haber uno específico para las colillas”, afirmaron. Además, esperan que sea ágil y que se pueda destinar los recursos necesarios para empezar a dar un poco de voz a estos proyectos.
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