La joven cantautora Catherine Vergnes recorre escuelas en todo el país en plena pandemia, para llevar identidad y sentido de pertenencia por Uruguay a través del folclore
Por Analía Pereira
Cuando la pandemia llegó a Uruguay fueron cientos los artistas que se quedaron sin escenarios. La joven sanducera Catherine Vergnes fue una de las que sufrió el cierre de eventos, y la cancelación de varios shows. Con miras de un nuevo objetivo y ganas de trabajar, la cantautora de folclore comenzó a planificar Guitarreando, una actividad musical con la que ya ha recorrido 48 instituciones educativas de todo el país.
“En este tiempo el artista quedó sin escenario. Cuando estaba todo el mundo encerrado en las casas me puse a pensar en hacerlo, y en agosto tiré la noticia en redes sociales, contando que tenía ganas de recorrer el Uruguay a través de las escuelas, con una actividad donde se incentive la identidad y la pertenencia por nuestro país a través de la música”, contó la joven de 24 años a Portainfo.
No hicieron falta muchas horas para que cientos de comentarios llegaran a su cuenta de Instagram. Padres, maestras, personas de diferentes localidades se pusieron en contacto con la artista para que visitara sus instituciones. Según dijo, la repercusión del tema la sorprendió, porque la magnitud del proyecto nunca la había imaginado. “Para mí fue una sorpresa hermosa”, recordó.
Compañero del interior
Guitarreando comenzó en agosto, y se extenderá hasta el mes de noviembre. Según estima la artista, el proyecto podría terminar el año con 80 o 100 escuelas visitadas. Son varias las localidades, muchas veces fuera de las capitales departamentales, que han recibido la voz de Catherine Vergnes, la joven que le canta al río y al jinete.
Según contó la artista, la idea de este proyecto es descentralizar la llegada a las instituciones, llevando “un proyecto solidario y brindándole algo a la sociedad, en este tiempo que no está nada fácil”.
Es la propia Catherine la que se comunica con las maestras o padres de alumnos para hacer el contacto con la escuela. “Es muy gracioso lo que se genera, porque me dicen ‘¿en serio sos Catherine Vergnes la que me está escribiendo?’, y se genera una relación con el seguidor”, comentó.
La cercanía con la gente la tuvo desde pequeña, dice que conectarse, conocer personas nuevas y distintas le encanta, y si bien, “la profesionalización a veces te hace alejarte un poco de los seguidores y el público, acá al contrario, nosotros trabajamos con el público porque son parte del equipo”. Las bases de Guitarreando, dice, están en esa cercanía y trabajo en equipo.
La identidad está en el centro del proyecto, que presenta desde la raíces un Uruguay folclórico y musical. “El folclore no es solo música, el folclore se toma en el mate, se come en las tortas fritas, se vive, se siente, se danza y está bueno que los gurises se den cuenta de eso”, contó la artista, que opinó que “está buenísimo escuchar música de todo tipo, ver cosas de todo tipo porque en las redes sociales podemos ver cosas del mundo, pero también está bueno saber de dónde venimos y que tenemos nosotros”.
Galopa
El recibimiento en las instituciones ha sido inmediato, explicó la cantante. Según contó, son diferentes las emociones que acarrea el proyecto. Varias personas la han recibido con lágrimas en los ojos o con manos temblorosas, pero este año, lo que más llama la atención son las miradas.
Con sonrisas escondidas tras los tapabocas, los niños, las maestras y los padres reciben a la cantante cada semana con “alegría y miradas de mucha emoción y mucho agradecimiento”, explicó.
Además de abrirle las puertas de las escuelas, varias mujeres la han escoltado a caballo por los caminos que llegan a las instituciones. “Me emociona y me impresiona que pase eso. Es impresionante que la gente se esté moviendo de esa manera para recibirnos, la verdad es que es emocionante”, agregó.
Nací de un río
Fue a los siete años cuando Catherine comenzó su carrera en la música, perfeccionando técnicas y aprendiendo diferentes artes como la guitarra, la danza, el canto y el teatro. Su familia fue parte del camino en todo momento. La música, dijo, la hizo formarse como persona, y la ayudó a destrabar obstáculos, frustraciones y miedos.
Nieta de un abuelo cantor de tango y folclore y con una madre maestra que en misiones cantaba para los niños, Catherine nació entre la música. Recuerda hoy que desde pequeña escuchaba cds o casettes de folclore mezclados entre las canciones de Shakira, Chayanne o Ricky Martin.
“Desde chica me fui formando para lo que se venía”, contó y añadió: “yo no lo tenía planeado pero sentía que se acercaba algo más grande, y sigo trabajando para que esto sea continuo. Así como lo venía creando desde mis siete años, quiero que esto se mantenga en el tiempo, porque la idea es vivir de la música para toda mi vida y también tengo como objetivo dejar algo en la sociedad”.
Los primeros escenarios que escucharon su voz fueron los de su Paysandú natal, departamento que dice, lleva en el corazón. “Nací de un río que es casi mío y me fui haciendo de norte a sur / a donde voy lo llevo conmigo, será que soy de Paysandú” cita una de sus canciones.
“Desde muy chica tuve el apoyo de Paysandú y hasta hoy lo siento. Amo mi tierra, me encanta, soy muy sanducera a muerte. Me encantan mis paisajes, mi ciudad, la gente de Paysandú y realmente lo llevo en mi corazón”, destacó agradecida.
Su familia siempre le dio el primer empujoncito para subir a las tablas y así ayudaron a que perdiera un poco el miedo. “Siempre fui una niña introvertida, y mi familia me empujaba al escenario. Pero cuando bajaba tenía una sensación de ‘qué bueno estuvo eso’”, comentó.
Define su repertorio folclórico como “muy nacional, muy uruguayo”. Sus canciones han recorrido el país, la región y han llegado a otros continentes. La cantautora, también psicóloga de profesión, recorrió Hungría, Serbia e Italia con el grupo Ballet Tierra adentro. También visitó escenarios argentinos y brasileros. Según comentó, llevar su música fuera de fronteras la hizo crecer y madurar. “Me dio otro choque en la música, porque estaba representando a mí país afuera y nos iba muy bien. Eso me dio la seguridad de decir ‘si afuera esta buenazo ¿por qué adentro no? Y eso me dio más seguridad a ir por lo que me gustaba”, declaró.
La cantante sanducera recorre el país con un equipo de tres mujeres detrás. Su madre se encarga de la movilidad y la joven dice que estará “eternamente agradecida” con ella, porque además de prestar su vehículo, brinda su “habilidad, capacidad y actitud para manejar destino tras destino, sin importar el cansancio”.
En una semana Guitarreando llega a diferentes instituciones de uno o dos departamentos, luego la gira semanal para, el equipo vuelve a Paysandú para descansar y vuelve a retomar la ruta. “Al final del día uno llega cansado, pero con una sonrisa arrugada y muy feliz, porque lo que se vive en cada escuela es increíble”, reflexionó la joven y agregó que sus 24 años son un buen momento para estar viviendo esta experiencia, por la energía que le demanda y por la cercanía que siente con los niños
Catherine tomó la decisión de dedicarse por completo a la música en 2018, año en el que se recibió de psicóloga y también sacó su primer disco. “Estudiar fue una decisión personal y esto también, dije ‘quiero probar hacerlo de lleno’ porque ya estaba cansada de tener que pedir permiso para eso y dije ‘voy a probar a dedicarme de lleno y no tener ningún compromiso para hacer lo que me gusta que es la música’. Le di más enfoque y perseverancia a lo que venía haciendo y hacerlo al 100%, fue por eso que mi nombre empezó a sentirse más fuerte en Uruguay y se formó una rueda muy linda”, añadió.
Dice que está trabajando mucho por lo que realmente le gusta, y que es eso lo que atrae a la gente. “Cuando uno ama y está apasionado con un proyecto propio, lo trabaja y le da amor y mucho respeto, eso ocasiona el contagio de que la gente realmente se fanatice con la idea”, concluye la artista que por estas horas descansa, para arrancar de nuevo en la ruta del Guitarreando en los próximos días.
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