Varios medios internacionales como Bloomberg, Financial Times o The Economist elogiaron la rápida respuesta de Uruguay, que puso su infraestructura tecnológica y destacado talento científico al servicio de su población y por encima de la política
Colaboración de Santiago Magni
Uruguay se destacó, en gran parte del 2020, por su exitosa estrategia de control del coronavirus. Pero el camino no fue sencillo para los científicos. A pesar de no haber decretado la cuarentena obligatoria, el país logró reducir la curva de contagios mediante una política de “libertad responsable”
El país llegó a tener 24 casos activos de COVID-19 al 16 de junio en todo el territorio y menos de cinco nuevos casos por día en promedio desde mediados de mayo. A partir del 12 de noviembre y a la fecha los casos diarios de la COVID-19 han aumentado exponencialmente, el número de muertes incrementó -por un momento exponencialmente, y luego de forma lineal en la primera ola- y se elevó la cantidad de personas internadas en cuidados intensivos.
Luego de la temporada estival y a casi un año de la confirmación de los primeros cuatro casos de coronavirus en Uruguay de aquel viernes 13 de marzo, el país tiene más de 8 mil casos activos y apenas supera la cifra de 650 fallecimientos por la enfermedad.
Junto a un sistema de salud pública consolidado, hubo voluntad del gobierno y apoyo del sistema político de apostar por los desarrollos científicos del país. Sin embargo, hubo recomendaciones del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) que iban en línea con restringir la movilidad -como limitar horario en bares o suspender competiciones deportivas amateur- que no fueron tenidas en cuenta por el gobierno nacional.
El rol de los investigadores de la Universidad de la República (UdelaR), científicos del Institut Pasteur del Uruguay, Instituto de investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE) y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), entre otras instituciones, ha sido fundamental ya que colaboraron en la producción de test de detección de coronavirus, reparación de respiradores, producción de hisopos locales y secuenciación del genoma del virus, entre varios aportes más. Uruguay, no obstante, históricamente ha invertido sólo 0,34 por ciento de su producto bruto interno en ciencia y tecnología.
"En este asunto del diálogo entre ciencia y política, los científicos nos vemos enfrentados a una nueva tensión que es trabajar a alta velocidad. Nosotros estamos acostumbrados a manejarnos a velocidad crucero", dijo Rafael Radi coordinador del GACH el 27 de octubre de 2020.
"La velocidad de nuestras acciones se tuvo que triplicar o cuadruplicar", sostuvo Radi sobre el trabajo de los científicos en el cierre del ciclo de Políticas Públicas de la Escuela de Postgrados de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), llamado "Nuevo relacionamiento entre la política pública y la ciencia".
El Ministerio de Salud Pública (MSP) convocó el 18 de marzo al Comité de Expertos Científicos en Gestión de la Crisis, primer grupo asesor a nivel gubernamental, para delinear la estrategia sanitaria. Por otro lado, el 14 de abril se creó el GACH, un conjunto más amplio y diverso de expertos que incluyó a algunos del comité de crisis, con el objetivo de acompañar al país “hacia la nueva normalidad”.
En ese encuentro virtual organizado por la UCU Radi dijo que el objetivo no era “que la política contamine la ciencia, en el sentido impuro del asunto". Y recordó que el 16 de abril de 2020 le dijo a Luis Lacalle Pou: "Presidente, nuestro campo es el técnico y no puede ser interferido por lo político. Eso está en el terreno de la toma de las decisiones (...) y así hemos trabajado hasta hoy".
Por otro lado, se creó el Grupo Uruguayo Interdisciplinario de Análisis de Datos de COVID-19 (GUIAD-COVID-19), que reúne a científicos e investigadores uruguayos de diferentes disciplinas e instituciones con el objetivo de aportar en la mitigación del impacto de la COVID-19 a partir del análisis de datos relacionados con esta enfermedad. Han logrado aportar desde un conjunto amplio de formaciones que cubren diferentes disciplinas (biología, biofísica, ingeniería, ecología, matemática, medicina, sociología, entre otras) para el modelado matemático de diferentes aspectos de la enfermedad, por ejemplo, su dinámica.
Apostar a lo local
Los reconocimientos que recibieron los científicos en el marco de la pandemia fueron el ejemplo de que hay que apostar a la tecnología, innovación y la ciencia en Uruguay.
El investigador uruguayo Gonzalo Moratorio fue elegido uno de los 10 científicos incluidos en la prestigiosa Nature'10 de 2020, una lista que elabora la revista científica Nature y que cada diciembre reúne a 10 investigadores del mundo que se hayan destacado durante el año por su aporte a la ciencia.
Por otro lado, en octubre de 2020 el Parlamento Nacional reconoció en el marco del Día del Patrimonio al GACH. Este grupo asesora a Presidencia de la República en el control de la pandemia del coronavirus en nuestro país.
Un ejemplo del destaque de este trabajo es que Radi fue distinguido con el Título 'Doctor Honoris Causa' de la Universidad de Madrid a iniciativa del Departamento de Biología Molecular de la Facultad de Ciencias de esa universidad.
La Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), creó un fondo especial de US$450.000, suficiente para impulsar el trabajo científico contra COVID-19 y la producción de test serológicos por un grupo interinstitucional del IP Montevideo y la UdelaR.
Sobre este tema hizo hincapié el gastroenterólogo e integrante del GACH Henry Cohen. Entrevistado por Montevideo Portal el 1 de agosto de 2020, el doctor sostuvo que la pandemia “nos va a dejar alguna ganancia, una de las más importantes es la visibilización de la ciencia y lo que hacen los científicos para el uruguayo común y corriente”.
“La situación sería otra si Uruguay no hubiese tenido un buen sistema médico previo, con una amplia capacidad instalada de sanatorios, hospitales, con personal de salud que no son sólo los médicos sino todo el personal bien formado y dispuesto para esto. Además, fue importante el refuerzo de las camas de CTI, la compra de elementos de protección personal para los trabajadores de la salud, la compra de respiradores y un montón de otras cosas más”, dijo Cohen al citado medio.
Más presupuesto para investigación y el riesgo de recortes en pandemia
El Consejo Directivo Central de la Universidad de la República (UdelaR) en su sesión del martes 23 de febrero emitió una resolución donde manifiesta su "profunda preocupación por el debilitamiento del sistema científico y cultural nacional" Entre los temas tratados se analizaron las "modificaciones en el acceso a las publicaciones mediante el portal Timbó-Foco".
Radi, en su condición de presidente de la Academia Nacional de Ciencia, dijo al diario El País el sábado 27 de febrero que esta decisión con respecto a la ANII lo tomaba por sorpresa. El bioquímico solicitó una reunión con el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, y el ministro de Industria, Omar Paganini.
En épocas de pandemia, el recorte de recursos para la ciencia había sido criticado por académicos, docentes, científicos y también por varias figuras del sistema político.
En agosto, Rafael Radi se reunió con el presidente Lacalle Pou y le planteó que el gobierno revea la decisión de recortar 15% del gasto al Polo Tecnológico de Pando, una de las instituciones que quedó por fuera la excepción anunciada.
“Hay una cantidad de actividades que se desarrollan que son muy importantes para el país y para la región, y seguramente se necesita un nivel de análisis muy importante para que no se vean perjudicadas”, expresó el científico en rueda de prensa, el 11 de agosto de 2020, en referencia a las tareas que se desarrollan en ese parque ubicado en el departamento de Canelones.
Además, investigadores y académicos han advertido del riesgo de reducir el presupuesto a instituciones que han aportado desde diferentes áreas a la lucha contra el coronavirus. El rector de la UdelaR, Rodrigo Arim, sostuvo, entrevistado por Montevideo Portal el 10 de octubre de 2020, la necesidad de dotar de presupuesto a esas áreas para mejorar “la capacidad académica y científica en el interior del país”.
El régimen de dedicación total, la inauguración de nuevos laboratorios y el fomento a la investigación podrían quedar de lado en caso de aplicarse recortes que influirían a futuro y complicarían al país a la hora de enfrentar “otras contingencias o pandemias” venideras.
Aportar respuestas sin banderas políticas
A medida que pasaban los meses, especialmente al principio de la pandemia y cuando se produjo un aumento exponencial de casos, hubo varios cruces políticos en cuanto a las medidas a tomar para combatir el coronavirus.
En marzo, actores de la oposición y algunos médicos y especialistas creían necesaria una cuarentena total u obligatoria en Uruguay, medida adoptada en Argentina. Sin embargo, el gobierno, sin asesoría del GACH en aquel entonces, exhortó a la población a que haga una “cuarentena voluntaria” y ejerza una “libertad responsable”.
El rol de la población fue una de las claves para bajar la movilidad y achatar la curva de contagios en un momento de incertidumbre y en el que había más dudas que certezas. Además, en aquel entonces la capacidad de testeo era mucho menor a la actual y se veían resultados devastadores en cuanto a cantidad de casos y muertes en Europa, Brasil y Argentina.
En los primeros meses de pandemia la movilidad bajó drásticamente. Sin embargo, la política estaba presente, no en las calles, pero sí en los discursos. Desde el Plenario Intersindical de Trabajadores - Convención Nacional de Trabajadores (PIT-CNT) se llamó a un caceroleo contra el gobierno exigiendo más medidas frente a la situación de emergencia sanitaria.
Dentro de las medidas propuestas estaba la creación de una "renta transitoria de emergencia" para que todos los uruguayos "cuenten con un ingreso mínimo que les permita acceder a bienes y a servicios básicos mientras dure esta situación".
A su vez se indicó que se deberían crear medidas de protección a las pequeñas y medianas empresas para garantizar los puestos de trabajo: "Las medidas instrumentadas por el gobierno son insuficientes porque no tienen como contrapartida el mantenimiento del empleo", indicaron.
El reclamo de la organización social se dio tras el envío de varios trabajadores al seguro de desempleo y al seguro de desempleo parcial (que creó el gobierno durante la pandemia).
Por otra parte, dentro de la batería de medidas estaba postergar el aumento de las tarifas, congelar alquileres y cuotas de créditos hipotecarios por seis meses y flexibilizar el pago de tarifas públicas, tributos, corte de servicios, alquileres y desalojos.
Por otro lado, en ese mismo contexto, se pedía apoyo para el personal médico y personal de la salud, por lo que se fomentaba el aplauso de la población a modo de reconocimiento a las 21.00 horas. Hubo jornadas en las que el caceroleo coincidió con el aplauso.
Sin embargo, las situaciones de mayor crispación se vivieron cuando el Poder Ejecutivo decidió enviar al Parlamento el proyecto de ley de urgente consideración. Se trató de la hoja de ruta del gobierno, que contó con más de 500 artículos inicialmente, pero fue sancionada con 476.
Desde el FA se criticó que se enviaba una ley muy amplia con artículos y capítulos diversos en un contexto crítico de pandemia, señalando que “lo urgente es la gente”. La ley fue promulgada y actualmente se recolectan firmas para que sea sometida a referéndum y que la ciudadanía decida si es pertinente anular parte o la totalidad del articulado.
Las lecciones de la ciencia y el aprendizaje diario
“La ciencia es la que generalmente da la solución para resolver las pandemias”, dijo entrevistado por Montevideo Portal el 29 de agosto el director de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas, Julio Medina, que también es colaborador del GACH y miembro del Comité de Expertos Científicos en Gestión de la Crisis del MSP.
El rol de los científicos y su asesoramiento ha sido la clave para que el gobierno tome decisiones de apertura, cierre o reactivación de distintas actividades. Además, al tratarse de un virus nuevo y desconocido los pasos debían darse minuciosamente y mirando de reojo la experiencia internacional.
El camino hacia la “nueva normalidad” desde julio del 2020, fue posible por las medidas adoptadas antes, el rol de la población y su acatamiento, y el esfuerzo médico y científico.
Los pasos siguientes hacia ese “desconfinamiento” vinieron seguidos con la aprobación de varios protocolos. En un principio para realizar actividades al aire libre, como la vuelta al fútbol o el uso de los espacios públicos. Luego llegó la reapertura de teatros, museos y salas culturales.
La vacuna en el horizonte
En marzo llegarán 2 millones de vacunas de Pfizer-BioNTech y 1,75 millones de Sinovac, informó el presidente Luis Lacalle Pou, el 23 de enero. Las primeras dosis llegaron en la noche del 25 de febrero y el plan de vacunación comenzó el 1 de marzo.
Se sumarán en marzo las vacunas del mecanismo COVAX, de la Organización Mundial de la Salud. Precisamente serán dosis de la vacuna AstraZeneca las que llegarán ese mes, notificó la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a Uruguay. Como llegaron primero las vacunas de Sinovac, los primeros en vacunarse están siendo: el personal de la educación, militares, policías y bomberos, trabajadores de INAU (todos menores a 60 años).
El coordinador general del Grupo Asesor Científico (GACH), Rafael Radi, dijo al diario El Observador el 23 de enero que estas vacunas a las que accederá Uruguay "son una buena combinación".
"Pienso en un escenario en que tendremos menos vacunas de Pfizer pero que con mayor eficacia, que podría ser muy apropiada para lo que es la primera fase del plan, sobre todo para blindar al personal de la salud y las poblaciones vulnerables por su alta eficacia", aseguró el bioquímico al citado medio.
Por su parte, Henry Cohen, dijo a Montevideo Portal que se “apunta a vacunar grupos poblacionales diferentes y va a ser una buena mezcla”.
“Otro tema importante es que la vacunación es voluntaria y me parece bien. Lo vengo diciendo hace tiempo, está bien que la gente dude”, agregó el gastroenterólogo.
María Moreno, investigadora del Departamento de Desarrollo Biotecnológico del Instituto de Higiene de la Facultad de Medicina e integrante de la Comisión Nacional Asesora de Vacunación del MSP, dijo a Montevideo Portal que "hay que ser muy cauto, porque el hecho de que vengan vacunas puede generar una sensación de alivio, de libertad, que no va a ser tal. Sino todo lo contrario".
“Cuanto más vacunas haya más dosis vamos a tener. Esto es importante, porque sea cual sea la plataforma no va a alcanzar para inmunizar a toda la población, sino que para un 20% en primera instancia”, agregó.
Moreno dijo que “ese 20% es suficiente quizás para proteger a la población de mayor riesgo, pero no para generar inmunidad de efecto rebaño, de protegernos a todos y hacer nuestra vida normal de nuevo”.
Los científicos hacen hincapié en que se requerirán años para lograr una inmunización total a lo largo del mundo y nuestro país no escapa a esta premonición.
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