Según encuesta de la Udelar, el 49% de los estudiantes que cursaron a distancia en el primer semestre cree que esa modalidad perjudicó o perjudicará su proceso de enseñanza
Por Facundo Gianero
Con la llegada del coronavirus fue inevitable suspender las clases en todos sus niveles, pero nadie imaginó que las clases virtuales reemplazarían casi en su totalidad a las clases presenciales. Tanto docentes como estudiantes tuvieron que adaptarse inmediatamente a esta nueva modalidad de cursado.
Entre el cierre parcial de fronteras, la suspensión de espectáculos públicos y otras medidas tomadas por el gobierno para amortiguar la propagación del virus, el rector de la Universidad de la República (Udelar), Rodrigo Arim, resolvió tomar medidas de contingencia y extremar medidas de higiene.
A través de un comunicado difundido el 25 de marzo, el rector encomendó a las autoridades de los servicios universitarios reducir al mínimo imprescindible las actividades presenciales, y advirtió la necesidad de estar alertas “para la eventualidad de limitaciones a la interacción social por un período de varias semanas”, lo que efectivamente ocurrió.
La Dirección General de Planeamiento de la Udelar, a instancias del rector y una vez concluido el primer semestre, realizó una encuesta en la que participaron 99.839 estudiantes con inscripciones a cursos verificadas en ese semestre.
El 84,5% de los encuestados aseguró que cursó a distancia, y casi el 92% logró finalizar alguno de los cursos en los que se inscribió. Un poco menos de 15.000 estudiantes no cursaron durante la pandemia.
El 56% de los estudiantes opinó estar satisfecho o muy satisfecho con la implementación de la modalidad a distancia, mientras que solo el 20% opinó lo contrario. Además, los encuestados destacaron de la modalidad de enseñanza a distancia el no tener que trasladarse para estudiar (85%) y el poder ver las clases en cualquier momento del día (82%).
Sin embargo, más allá de la cantidad de estudiantes que pudieron acceder y de las fortalezas reconocidas, el 49% de los encuestados manifestó estar de acuerdo o totalmente de acuerdo con que la modalidad a distancia implementada en el primer semestre perjudicó o perjudicará su proceso de enseñanza.
Según la encuesta, el 88,5% de los estudiantes que ingresaron en el 2020 y el 83,7% de los estudiantes pertenecientes a generaciones anteriores cursaron en la virtualidad, no existiendo diferencias significativas entre unos y otros.
En cuanto a los estudiantes que no cursaron en modalidad virtual, el 52,6% de los estudiantes de la generación 2020 no lo hizo por el cambio de modalidad presencial a virtual, mientras que sólo el 24,8% de los estudiantes de generaciones anteriores eligieron esa opción.
La afectación emocional (66%) y la sobrecarga de actividades de enseñanza (50%) fueron las dificultades asociadas al cambio de modalidad con mayor mención dentro del universo participante. Le siguieron la falta de contacto con docentes (49,2%), la falta de contacto con los compañeros (43,3%), el acceso a la bibliografía (42,1%), compatibilizar estudio y trabajo (31,1%), problemas de conectividad (30,8%), superposición de horarios entre los cursos (20,3%), no contar con recursos informáticos (12,25) y otras dificultades (6,5%).
En un seminario virtual organizado por la Udelar, el rector destacó que los servicios universitarios tienen la posibilidad de “trasladar gran parte de su actividad a plataformas digitales” pero aseguró que eso no configura “un modelo de enseñanza”.
En la página web creada por la Udelar en la que informa las medidas tomadas y a tomar frente a la situación de emergencia, se comunicó que en el segundo semestre lectivo “se desarrollarán algunas clases, actividades prácticas y evaluaciones en forma presencial, cumpliendo con las medidas de seguridad sanitaria que se requieran en cada caso” pero se seguirán dictando en modalidad virtual aquellos cursos que “no requieran presencialidad”.
En ese sentido, los diferentes servicios universitarios están implementando el inicio del segundo semestre en el que se combinará la presencialidad con la virtualidad, según cada caso.
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