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Portainfo

El terror se apoderó de la taquilla uruguaya

Los nuevos mutantes y Al morir la matinée son las películas de terror más vistas desde la reapertura de los cines

Facundo Gianero

En la nueva normalidad de los cines la única constante que se mantiene es el poder de convocatoria que tienen los estrenos. La película de Marvel: Los nuevos mutantes (The new mutants) y la coproducción uruguaya argentina: Al morir la matinée son dos de las películas que rompen la devaluada taquilla en época de pandemia.


Entrar a la web para revisar la cartelera, buscar la mejor promoción o beneficios de compra, elegir entre los pocos asientos y confirmar la compra de las entradas, se convirtieron en los pasos más comunes que da la mayoría de los amantes del cine para poder disfrutar de ver una película en la pantalla grande. También están los otros que, en algunos casos, consiguen comprar la entrada de manera presencial pero no siempre dan con un ser humano que coordina la venta y deben enfrentarse al ya conocido tótem o máquina expendedora de tickets.


Los que optan por Grupocine, Movie o Life aprovechan la web para elegir el mejor combo de pop y refresco, y otros esperan hacerlo minutos antes de empezar la función, aprovechando que no hay filas. El público que prefiere la filmoteca de Ciudad Vieja tiene la opción de hacer la previa disfrutando de un café en el Cinemateca Café, el único momento en el que en el complejo los tapabocas se dejan de lado.


En los días y horarios en los que no se proyectan películas, algunos cines -como el Movie y el Life en el Shopping Punta Carretas- no sólo cierran sus salas sino también los puestos de venta de pop y refrescos y hasta apagan sus luces. Sumado a los pocos puestos de trabajo y a la poca circulación de personas, las grandes salas que, en otros tiempos, desbordaban de gente, parecen despobladas.


El cine, que antes podía ser motivo de reunión o encuentro; hoy, ya sea por el cumplimiento de los protocolos sanitarios que redujeron el aforo en los cines o por la precaución que tiene la gente de quedarse en sus casas, se vive de forma más íntima, en soledad o en compañía, pero más íntima.


La ansiedad que generaba ir a ver una película antes de ser sacada del cartel ya no es la misma dado que la producción cinematográfica a nivel mundial escasea gracias a la propagación del coronavirus que llevó a suspender las grabaciones y cerrar los cines. Las películas duran en cartelera lo que tienen que durar y no dependen tanto de su demanda. Los cines ofrecen lo que tienen y por tiempo indeterminado.


Dos que se mantienen

La película que forma parte del universo de los mutantes más reconocidos en la industria cinematográfica, y que le hace algunos guiños a Logan, la última cinta que protagonizó Hugh Jackman en la piel de Wolverine; apostó a contar en su reparto con actores reconocidos por el público más joven: Maisie Williams y Charlie Heaton.


Williams, quien encarnó a Arya Stark en Game of Thrones, fue ganando terreno y llegó a convertirse en uno de los personajes más reconocidos y queridos por el público fanático de la multipremiada serie basada en los libros de George R.R. Martin. Por otro lado, Heaton interpreta a Jonathan, el hermano de Will en Stranger Things, la serie ambientada en los ochenta, protagonizada por un grupo de niños que se enfrentan a mundos paralelos, criaturas y otras tantas cosas extrañas.


La cinta que combina el terror con la ciencia ficción, se estrenó en Uruguay a fines de agosto y cuenta la historia de cinco jóvenes mutantes recluidos en una institución en la que descubren sus habilidades y buscan cómo aprender a manejarlas. La innegable popularidad de Williams y Heaton y sus destacables interpretaciones como Wolfbane y Cannonball, no son suficientes para generar en el espectador la excitación que suelen generar las películas de Marvel.


El miércoles por la noche, Cinemateca recibió en sus salas al director de Al morir la matinée, Maxi Contenti, quien con el encargado de ponerle música al film, Hernán González, se hicieron espacio para disfrutar de la cinta que presenta a un asesino serial dentro de una sala de cine, en una lluviosa noche de domingo, en Montevideo.


El director contó que la película ambientada en los noventa y en el Cine Ópera, iba a estrenarse en julio pero que teniendo en cuenta su repercusión, dijo que “sirvió que se estrenara junto con la reapertura de los cines”.


El género de la cinta mezcla el terror clásico y el subgénero slasher -que incluye a un psicópata asesinando brutalmente a personas-, marcando así la diferencia con la mayoría de las producciones cinematográficas uruguayas que suelen recorrer otros géneros. La elección de los encuadres, el manejo de planos y los montajes usados en la película la hacen visualmente destacable, manteniendo intacta la atmósfera propuesta y el interés del espectador sobre la trama.


Al finalizar la película, el director comentó que la falta de celulares en los noventas hizo “más plausible” la trama del film pero que la elección de que los hechos se desarrollaran en 1993 tuvo que ver con mostrar “la última época” de la sala antes de que se convirtiera en multiplex (complejo de cine con múltiples pantallas y salas) a la que solía ir cuando era niño.

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