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Beirut Never Dies: la propuesta de un uruguayo para ayudar al Líbano

La organización recauda donaciones para el Líbano tras la explosión ocurrida a principios de agosto

Gentileza: Beirut Never Dies

Beirut Never Dies es una organización sin fines de lucro con representación en Uruguay, Argentina, Brasil, Bolivia y México, creada con el objetivo de contribuir económicamente con el Líbano, a raíz de las explosiones ocurridas en la zona portuaria de Beirut en la tarde del 4 de agosto del 2020.

Las explosiones que dejaron más de 200 muertos, casi 7000 heridos y aún varios desaparecidos se produjeron en un almacén que contenía unas 2750 toneladas de nitrato de amonio, una sustancia que suele utilizarse para fabricar explosivos. 

Juan Corazzo, un joven uruguayo que participó de un programa implementado por la Fundación Maronita, que consiste en invitar a distintas personas del mundo con ascendencia libanesa a viajar al Líbano para reencontrarse con sus orígenes, fue quien tuvo la iniciativa. 

Los representantes de cada uno de los países que integran el movimiento se conocieron dentro del programa de la Fundación pero fueron los únicos que se sumaron. Los conocidos que tenían en Colombia, Ecuador y Chile no pudieron participar por las “restricciones” que tienen por la pandemia. 

Juan advirtió que el objetivo del emprendimiento “se hizo para visibilizar la realidad del Líbano más allá de la explosión”. Beirut Never Dies se lanzó en redes sociales días después del estallido y pensaron que podían generar mayor impacto pero no sucedió: “se dio la explosión, pasaron tres días y la gente se olvidó”, lamentó.

La organización busca recaudar a partir de la venta de remeras estampadas con la leyenda “Beirut nunca muere” en arte caligráfico árabe. La frase hace referencia a que Beirut “fue destruido y reconstruido siete veces, y con esta sería la octava”, explicó. El diseño de las remeras lo buscó y lo compró en internet. Es común que en el Líbano se vendan este tipo de remeras pero son “carísimas” porque “se paga por el arte”, aseguró.

Sin embargo, la idea no está centrada únicamente en las remeras dado que “hay gente que colabora pero no la quiere”, aclaró. “A partir de la donación de 20 dólares o más, de personas que además quieren la remera, deducimos el costo de producción y el resto se dona”, explicó. Advirtió que recientemente incorporarán gorros dentro de los productos a ofrecer.

No tienen procesados los datos como para hacer un balance desde que comenzaron pero él  advirtió que salvo en Uruguay “en el resto de los países está funcionando muy bien, y en México principalmente”. Comentó también que Uruguay es “el país más caro” para estampar las remeras y que por eso “se van haciendo a medida que van surgiendo los pedidos”. 

No cree que la clave del éxito del emprendimiento se deba a la cantidad de descendientes libaneses que haya en los países dado que, según dice, “en Uruguay hay 80 mil descendientes, en Argentina la proporción es mayor, en Brasil más y en Bolivia menos pero le está yendo mejor que a Uruguay”.

Cuando comenzaron se trazaron como meta “llegar a un donativo de 50 mil dólares al 10 de setiembre” pero aclaró que están “muy lejos”. Próximamente harán un balance y mostrarán los datos, “vamos a publicarlos en las redes sociales para que la gente tenga la tranquilidad de que el dinero que se deposita llega”. 

Juan reconoció que son conscientes de que en algunos países donde están operando la situación con el coronavirus es compleja y saben que “el objetivo a corto plazo no se va a cumplir” pero que “en el mediano plazo la situación en el Líbano no se va a resolver” y van a seguir “acompañando”.

“Hablé con gente de la embajada y con representantes de distintas organizaciones de libaneses y no tuve la repercusión que me hubiera gustado tener”, dijo sobre las conversaciones que mantuvo en Uruguay sobre el proyecto. “Entiendo que la gente también se está moviendo por distintas organizaciones pero me parece que hay que entender que esto no es una competencia, habría que mancomunar esfuerzos”, opinó. Particularmente sobre Uruguay dijo que “hay falta de organización y coordinación que en otros países no pasa”. En ese sentido destacó el trabajo que viene haciendo la Juventud de la Unión Cultural Argentino Libanesa (JUCAL) en Argentina.

La primera entrega de lo recaudado la harán a www.solidarity.org.lb/ que es la web que concentra las donaciones que el Líbano recibe de distintas partes del mundo debido a la crisis económica que vive incluso desde antes de las explosiones. En la página se puede destinar lo donado registrando específicamente a familias libanesas que lo necesiten o de manera general. 

La compleja situación del Líbano

“Los precios de un día para el otro aumentan en un 25%, la moneda de ellos tuvo una depreciación respecto al dólar de un 80%, importan el 90% de sus productos, el banco central se está quedando sin reservas, hay un 25% de desempleo y un 50% de pobreza”, indicó.

Actualmente “están en estado de excepción y se reactivaron los controles de coronavirus, tienen toque de queda”, comentó. “Cuando hablo con mis amigos me dicen que se van a dormir sin saber si al otro día se levantarán en medio de una guerra”, concluyó.

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