Se realizó la 36ª Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
Por Eliana Vila
Se llevó a cabo la 36ª Conferencia Regional de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés). Las convocatorias a las conferencias se realizan cada dos años y la última fue en 2018. Este año, como en otras tantas actividades, la presencialidad debió dejarse a un lado. En 2020 se realizó la primera conferencia virtual, con Nicaragua como país sede.
Eve Crowley, representante regional adjunta para América Latina y el Caribe, destacó en la inauguración que es la primera vez en más 28 años que Nicaragua es país anfitrión. "Es una lástima que nosotros no podamos estar físicamente presentes para este evento" dijo, y agregó además que Nicaragua fue un aliado fundamental en la organización de la conferencia.
Las Conferencias Regionales para América Latina y el Caribe, son foros oficiales en los que participan activamente los Ministros de Agricultura de los Estados Miembros. Además como observadores de las conferencias se invita a representantes de organizaciones regionales, interregionales e internacionales de la sociedad civil y del sector privado.
Allí se debate sobre las prioridades relacionadas con la alimentación y la agricultura y se trata de lograr que los países busquen soluciones en conjunto. Se hace hincapié en la erradicación del hambre y la extrema pobreza, a través de cambios en los sistemas alimentarios. También se pone el foco en la necesidad de que la agricultura sea una actividad más sustentable y resiliente al cambio climático. Este año, todos los problemas en cuanto a la alimentación y los impactos que tiene en la salud, se vieron intensificados por la pandemia de COVID-19.
Jeannette Sanchez Zurita, representante de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), dijo en conferencia que la población este año está aún más en una situación de vulnerabilidad por la pandemia de COVID-19. "Ha crecido la pobreza, el desempleo, las economías han caído. Afortunadamente los sistemas alimentarios se han comportado de una manera más resiliente", comentó. Agregó además que los pequeños productores agropecuarios, como las cooperativas y las empresas que forman parte del gran tejido social y productivo de la región, han sabido responder.
Sanchez Surita hizo mención a que la dificultad para acceder a los alimentos no es algo reciente, sin embargo en esta oportunidad, se agravó por la pandemia. "La CEPAL siempre ha planteado la necesidad de provocar cambios estructurales para lograr unas sociedades más igualitarias", aseguró. Y dijo además que la problemática en cuanto a la pérdida de suelo, de la biodiversidad y también el cambio climático, obligan a hacer un gran impulso a la sostenibilidad: "Es un momento en que hay que hacer un punto de inflexión, tal vez a parte de las consecuencias duras que hemos tenido, esta pueda ser la oportunidad de hacer las cosas mejor", sentenció.
La importancia de los alimentos
En los últimos años, el consumo de productos ricos en azúcares añadidos, sal y grasas ha ido en aumento. Mientras que la proporción de alimentos como tubérculos, frutas, cereales, hortalizas y agua, descendió, esto hace que la situación nutricional de la región haya sufrido un cambio. Dicho cambio hace posible la coexistencia de la obesidad y el sobrepeso con la desnutrición.
Actualmente, hay más disponibilidad de alimentos frescos en mercados mundiales y se puede acceder a ellos durante todo el año. Sin embargo, tanto en zonas urbanas como rurales aumentó el acceso a alimentos muy elaborados e hipercalóricos. El acceso a este tipo de productos se da no sólo por su amplia disponibilidad, sino también porque son de un costo relativamente bajo. A esto se le suma, que son fáciles tanto de conservar como de utilizar. La elección de estos productos está condicionada además, por un estilo de vida más sedentario y con el escaso tiempo que se tiene para preparar y consumir alimentos.
El acceso a los alimentos y su costo varía también dentro de un mismo país. Esto hace que las personas en situación de vulnerabilidad presenten dificultades para tener una alimentación saludable. Si bien la región cuenta con variedad de frutas, hortalizas, legumbres, pescado, carne, productos lácteos, así como también productos ricos en fibras y minerales, estos son insuficientes. La disponibilidad por habitante es escasa para lograr una alimentación saludable.
Esto es indispensable para aquellos grupos que sufren más desigualdad, como mujeres, jóvenes, niños y pueblos indígenas, para los que el acceso a los alimentos es un problema.
A modo de resolver estas diferencias, se plantea la necesidad de una transformación en los sistemas alimentarios a través de políticas que garanticen el acceso de toda la población a alimentos suficientes, nutritivos y saludables. Para ello, según lo planteado en la conferencia, es indispensable que se aumente la producción de alimentos saludables. Además se destacó la importancia de que dichos alimentos sean distribuidos de manera inclusiva y el fomento de la alimentación saludable. Por otra parte, se hizo mención a la reglamentación de la comercialización y la publicidad de alimentos no saludables.
La FAO ofrece asistencia técnica a sus Estados Miembros a través de la elaboración de políticas que contribuyan con la promoción de un cambio hacia una alimentación más saludable. Estas se implementarían a través de la educación con énfasis en la alimentación y nutrición. Además se promoverá programas de huertos escolares en centros educativos.
La FAO también incentiva a crear espacios para el fomento de elecciones más saludables y prácticas que fomenten la prácticas alimentarias para una buena salud.
Otra medida que ofrece es la implementación y uso de aplicaciones móviles y la utilización de redes sociales. La importancia de esto, es que se llegaría a través de la tecnología a mejorar la educación en materia de nutrición y alimentación a diversos grupos de edad.
Por otra parte, es necesario que los Estados Miembros elaboren un nuevo marco institucional para abordar el tema desde diversos sectores. Además es indispensable que se realice una campaña de investigación y análisis para el aporte de datos sobre las relaciones que hay entre la malnutrición y los sistemas alimentarios. Para profundizar en el enfoque alimentario, se plantea la coordinación entre productores de alimentos, comerciantes, mayoristas, minoristas, planificadores urbanos, consumidores y legisladores.
Uruguay propone
Carlos María Uriarte, ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, dijo en la conferencia que hay que mejorar la circulación de los alimentos entre los que producen y quienes más los precisan. Destacó que algunas de las limitantes que actúan como obstáculo de ese comercio, son las propias barreras del comercio, como aranceles, desacuerdos y cuotas.
"Sugerimos mejorar la comunicación entre los que producen y tienen para exportar y quienes los precisan. Además, reducir el mínimo las barreras políticas e ideológicas, que más comúnmente de lo que uno deseara, impide el comercio de alimentos entre los países", comentó.
Con respecto a la nutrición, Uriarte dijo que se propone fortalecer aún más el desarrollo de dietas nutritivas e inocuas para la población. "Debemos destacar el potencial que aún nos ofrece el mundo azul, nos referimos a la pesca y a la acuacultura". Y mencionó que Uruguay tiene un debe en ese sentido, ya que a pesar de que esta actividad fue introducida en 1914 aún no hemos sido capaces de desarrollarla y obtener los beneficios implícitos de la misma.
Se puso sobre la mesa el tema COVID-19 ya que según Uriarte la pandemia va a requerir de más alimentos. Esto significará una mayor presión sobre los recursos naturales. En cuanto a estos aspectos relacionados al cambio climático, la sugerencia es priorizar la búsqueda en el balance y no solo considerar las emisiones de gases de efecto invernadero. "Proponemos promover los planes nacionales de adaptaciones al cambio climático. Además, promover la bioeconomía circular y fortalecer las políticas relacionadas al uso y preservación del recurso agua", destacó.
El ministro de ganadería afirmó que es indispensable que se prioricen y fortalezcan las políticas de género. Principalmente con el fin de que el rol de la mujer rural se revalorice en la producción de alimentos para la humanidad. Para finalizar, Uriarte afirmó que se debe avanzar juntos y que nadie quede para atrás. "Hacia una agricultura económicamente rentable, socialmente responsable y ambientalmente regenerativa", concluyó.
Sociedades rurales
El sector agrícola produce alimentos que alcanzarían para satisfacer energéticamente a 821 millones de personas. Además, la región cuenta con el 40% de la biodiversidad y el 31% de reserva de agua dulce. Sin embargo, la mitad de la población rural vive en la pobreza y el 20% en la extrema pobreza.
Las mujeres rurales, quienes dedican la mayor parte del tiempo a trabajar, reciben menos ingresos y su índice de participación laboral es inferior al de los hombres. Muchas veces el trabajo que realizan en el campo no es remunerado y en algunos casos lo realizan en condiciones precarias.
En cuanto a los ingresos laborales medios, en el sector agrícola representan un 40% inferior al índice de ingresos medios de todas las ramas de actividad económica. En todos los países de la región, excepto en Uruguay, la incidencia de la pobreza es mayor en aquellos hogares rurales agrícolas que en aquellos dependientes del empleo rural no agrícola.
En la región hay territorios dinámicos y especializados y hay otros menos desarrollados que no pueden hacer rendir al máximo el crecimiento general para favorecer la inclusión. Como consecuencia de esto, se genera una elevada concentración de hambre y pobreza. Para erradicar estos problemas, estos dos territorios necesitan políticas diferenciadas que se adecuen a su situación particular. Muchas veces difieren en cuanto a la situación medioambiental, productiva y social, y esto afecta de distinta manera el crecimiento económico y la inversión pública de cada territorio.
Los territorios que registran mayores niveles de hambre y pobreza rural, deben promover planes de protección social y fomentar la inclusión productiva y económica. Es importante además, que se realice una cobertura de la población indígena y afrodescendiente, como también jóvenes y mujeres rurales. También se menciona la relevancia que tiene el fortalecimiento de la agricultura familiar.
La recomendación de la FAO para los países, es que inviertan en medidas a favor de sistemas alimentarios y agrícolas que garanticen dietas saludables. Además que sean de una producción sostenible y resilientes al cambio climático. Destaca también la importancia de no excluir a las personas más pobres y vulnerables, que generen oportunidades de empleo y que reduzcan las desigualdades de las zonas rurales.
Cambio climático
La agricultura es una actividad que se ve directamente afectada por el cambio climático, además es una importante fuente de gases de efecto invernadero. Se han intensificado los fenómenos climáticos, así como también su frecuencia, y esto se vuelve un problema para la agricultura.
En el caso de los pequeños Estados insulares en desarrollo, del Caribe, se agrava la situación ya que sus dimensiones geográficas y económicas hacen que se les dificulte superar las pérdidas y no es posible su recuperación sin ayuda externa. En el período entre 2006 y 2016, el 18% de la población sufrió consecuencias de las catástrofes climáticas.
En América Central, está previsto que a finales del actual siglo haya una disminución en el rendimientos de cultivos como el maíz, los frijoles y el arroz. Además se prevé también una baja en el rendimiento de la producción pesquera y acuícola. Estos cambios además repercuten en las pautas de las plagas y las enfermedades así como en la capacidad de los ecosistemas a responder a fenómenos climáticos adversos.
Para adaptarse a los cambios climáticos, se sugiere que se prevean los riesgos de los fenómenos adversos extremos como los de baja intensidad pero con alta frecuencia. Se propone invertir en prevención de catástrofes, ya que esto reduciría el costo para la agricultura. Se destaca la importancia que tiene el vigilar los riesgos y activar sistemas de alertas con anticipación, y tiene que ser accesible a los pequeños productores. También es indispensable mejorar la respuesta ante los desastres y la promoción de la rehabilitación.
El último día de la conferencia, Luis Gallego Chiriboga, ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador, reafirmó el compromiso de su país de ser sede de la próxima conferencia, que se realizará en 2022. "La postulación del Ecuador como próxima sede de la conferencia, que aspiro sea en mejores circunstancias, constituirá no solo para mi país sino para toda la región, una oportunidad para reafirmar el compromiso de los países con los objetivos de la FAO, que forman parte importante de la agenda del desarrollo sostenible", finalizó.
El presidente de la conferencia, Edward Francisco Centeno Gadea, ministro Agropecuario de Nicaragua, consultó si tenían alguna objeción con la postulación de Ecuador para ser país anfitrión de la 37ª Conferencia Regional de la FAO. Al no haber ninguna negativa, quedó aprobada desde ya, la sede para el año 2022. Para concluir pidió que abrieran los micrófonos para aplaudir a Ecuador.
Para finalizar la tercera jornada, se procedió a votar el informe completo con las labores a realizar en los próximos años para paliar el hambre y la malnutrición. Con énfasis además en la utilización correcta de los recursos y cuidados ambientales, fue aprobado por aclamación a través de aplausos. "Agradecemos a las distintas delegaciones por su apoyo. Al importante legado de este foro histórico", concluyó Centeno Gadea.
Tomó la palabra Qu Dongyu, director general de la FAO, quien afirmó que se trataba de un momento de celebración. "Ha sido un auténtico éxito, ha habido avances, sugerencias, recomendaciones. He podido comprobar una vez más su determinación y su lucidez. El nivel de participación es sin precedentes", enfatizó.
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