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La Liga Profesional o Superliga: el nacimiento de una primera división más profesional y autónoma

Sin ningún voto en contra los clubes profesionales uruguayos decidieron comenzar el camino de una primera división independiente a la AUF


Foto: AUF


Por Joaquín Pisa


El martes 16 de marzo, en el hall principal de la tribuna América del Estadio Centenario, 26 delegados de equipos de Primera y Segunda División votaron a favor de la creación de una “Liga Profesional”, que marcará la autonomía de la máxima categoría de nuestro fútbol de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). 22 equipos votaron a favor la moción presentada por Peñarol y solo cuatro se abstuvieron de votar (Nacional, Torque, Deportivo Maldonado y Plaza Colonia), sin votos en contra.


La idea venía germinando desde 2018, año en que la FIFA intervino la AUF por irregularidades de su presidente Wilmar Valdez (entre otros varios asuntos políticos) y bajo el comando de Pedro Bordaberry (impuesto por la FIFA) se reformó el estatuto de la asociación con la posibilidad de formar el tipo de liga antes mencionada.


El punto de quiebre fue la formación de la Unión de Clubes Profesionales Uruguayos, un grupo de clubes de primera que en julio de 2020 decidieron unirse para alcanzar fines políticos o deportivos que tienen en común, entre ellos, la Liga Profesional. Al principio eran catorce clubes de Primera (todos menos Nacional y Peñarol), pero mes a mes se fueron sumando clubes de Segunda y en marzo de 2021 se acercaron los grandes, ante la inminencia de la votación de la Liga.


Francisco García es el delegado de Danubio en la AUF, y uno de los portavoces de la Unión de Clubes. No se vio sorprendido por la mayoría casi absoluta en la votación porque sabía que la idea se venía gestando desde la reforma del estatuto en 2018 y los clubes estaban bajo la misma línea; tampoco le sorprendió que no hubiese votos negativos porque “cuando hay tantos clubes a favor es complicado votar en contra, es más fácil abstenerse si tenés algún reparo”.


El principal objetivo de la creación de este nuevo formato es la autonomía. Los clubes profesionales quieren decidir sobre su propia liga sin que la asamblea de la AUF, conformada entre otros por la Organización del Fútbol del Interior (OFI), la Primera División Amateur (conocida como la C), y el fútbol femenino, incida en decisiones que solo le competen a la primera división. “Cuando hubo que votar por el periodo de pases especial en julio tuvimos que salir a pedir votos a la C para algo que solo influía en primera, queremos decidir esas cosas entre nosotros”, explicó Gonzalo Moratorio, delegado de Peñarol. Esto no significa que los clubes quieran separarse de la AUF, como aclaró el presidente de River Plate Willie Tucci, porque en su opinión “los clubes somos la parte medular de la AUF, (pero) dentro de ella queremos gestionar los asuntos de fútbol profesional con autonomía”.


Esta idea no es nueva en el mundo. Desde la formación de la Premier League en Inglaterra, muchas ligas se han separado de sus asociaciones o federaciones para formar ligas con autonomía. Los ejemplos más mencionados por los delegados entrevistados fueron España y Argentina. De ambos países, agregaron, han llegado asesores que han contado su experiencia y que ayudan a delimitar posibles ideas a futuro que se adapten a la realidad uruguaya, con menos población e ingresos.


Al inicio del camino


En las últimas semanas mucho se ha hablado del posible formato que va a tener la Liga Profesional, también llamada Superliga, y su año de arranque: veinte o doce equipos, en 2022, o incluso ahora mismo (cancelar los descensos y sumar cuatro equipos a la máxima categoría). García explicó que la realidad y el avance de esta liga es diametralmente opuesto: "recién se está terminando de conformar el primer estatuto y se armó un grupo de trabajo para saber cómo se conformará el organismo rector".


En el primer punto es donde radica quizás la mayor polémica de la votación. Algunos clubes no habían recibido el estatuto enviado a la AUF y votado en asamblea. Hernán Navascues, representante de Nacional en la asamblea, criticó que su equipo no había recibido nunca el estatuto, y por esto se oponía a votarlo. Gonzalo Moratorio explicó que tuvo que conseguir los papeles por fuera del ámbito habitual para poder analizarlos antes de la votación. El delegado de Peñarol agregó que hay algunos puntos técnicos a arreglar en el estatuto, ya marcados por el Ministerio de Educación y Cultura y su Secretaría de Deporte cuando le fue enviado.


“Ahora la idea es armar un grupo de trabajo que pueda corregir el estatuto y comenzar a dar los primeros pasos”, mencionó. Uno de estos pasos serán las conversaciones con distintos grupos de interés como la Mutual de Futbolistas Profesionales y la Gremial de Árbitros.

"Con el primer grupo ya existen charlas informales desde las reuniones por la vuelta al fútbol tras el parate por la pandemia, de marzo a agosto", reconoció Willie Tucci.


Después vendrán los temas más organizativos. Uno de los asuntos más mencionados fue el plan de marketing para la Superliga. “Actualmente el campeonato no tiene plan de marketing. Es imposible vender el producto, que yo creo que es muy bueno, sin un plan para ello”, expresó Francisco García. Para ello los diferentes representantes de los clubes creen que lo mejor va a ser formar comisiones con gente calificada en este aspecto.


Para tal plan es necesario saber cuánto vale el producto, algo que también necesitará de estudios pormenorizados. Esto determinará la cantidad de dinero que se pedirá por derechos televisivos, la segunda polémica que, afirman los distintos delegados, puede llegar en un futuro cercano. Esto puede pasar en dos frentes: el primero va por el lado de la empresa que adquiera esos derechos. Tenfield tiene contrato en vigencia hasta 2025, pero con el cambio de autoridades de la Liga Profesional esto puede llegar a cambiar, tanto con una renegociación como con un cambio de empresa. Ninguno de los representantes insinuó la segunda posibilidad.


Otro asunto que puede traer discusión será la repartición de ingresos entre los equipos chicos y los dos grandes, Nacional y Peñarol. En la actualidad, según Francisco García, la repartición es del 35% para los dos grandes, 65% para todos los demás equipos de primera. Un promedio de 4.64% para cada equipo chico, un 17.5% para cada grande. "Desde la Unión de Clubes la idea es poder tener un reparto más equitativo pero sin que nadie gane menos de lo que actualmente gana", expresó el delegado de Danubio. Hasta ahora los grandes no han dado signos de ceder en ese aspecto, pero Gonzalo Moratorio cree que en la etapa de negociaciones "todos van a tener que pedir y ceder, defendiendo a los intereses de sus clubes y a la Liga Profesional en su conjunto".


Un dirigente, no mencionado, dijo a Referí que otro de los aspectos a corregir es el de los pagos. Hoy en día muchos clubes tienen plazos extendidos para pagar sus deudas, tanto impositivas como de empleados. En los últimos años varios clubes han llegado a pagar en el último día deudas de centenares de dólares conseguidos por préstamos o donaciones de emergencia. La Unión de Clubes quiere que los pagos sean más estrictos y tengan sanciones de ser incumplidos. García utilizó el ejemplo de la Liga Española, que ha llevado a equipos al descenso administrativo por impagos, y el de las ligas inglesas, que quitan puntos y no permiten hacer contrataciones. Willie Tucci, en cambio, cree que en la actualidad ese cambio es complicado por la “realidad deficitaria del fútbol”. En su opinión, la solución sería pasar gradualmente a un sistema de “Fair Play financiero”, utilizado en Europa, que no permite gastar más dinero del que ingresa en las arcas de un club en un plazo de dos años.



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